El buscador ha anunciado que, a partir del 1 de marzo, unificará los términos de uso de 60 servicios y combinará los datos de los usuarios para ofrecer una experiencia «a medida». Si el usuario decide seguir utilizando Google tendrá que acatar sus nuevas normas, pero ¿sabemos cómo nos afectan?
Una de las especialidades de Google es hacer correr ríos de tinta cada vez que mueve un dedo. Desde un ajuste en su algoritmo hasta un cambio en apariencia, por no hablar de cuando entró a competir en redes sociales con Google+, donde ya cuenta con 90 millones de usuarios.
En esta ocasión estamos viviendo una nueva vuelta de tuerca a las políticas de privacidad y condiciones de uso, dos elementos que van inexorablemente unidos en este caso al provocar una auténtica revolución en la cesión de datos. Por ello, Google ha notificado a todos sus usuarios registrados información sobre los cambios (si aún nos has recibido su bendito e-mail, en breve aterrizará en alguna de tus bandejas).
Según el buscador, esta iniciativa propiciará una experiencia «a medida» con sugerencias, consultas de las búsquedas, personalización de resultados, etc.
En este sentido, la compañía asegura que estas novedades mejorarán «los anuncios, los resultados de búsqueda y otros contenidos». De hecho, añade Google, sabrán «si vas a llegar tarde a una reunión basándose en tu ubicación, tu calendario y el estado del tráfico en tu zona». No obstante, afirman que mantendrán la protección de la privacidad frente a terceros, dado que el usuario siempre puede modificar la visibilidad y el acceso a sus datos a través de un panel de control.
En definitiva, Google ha decidido suprimir las 60 variantes que existían de su política de privacidad para generar unas condiciones únicas aplicables a todos los que utilicen Google a partir del próximo 1 de marzo. Es decir, el usuario está dando su conformidad por el mero hecho de seguir utilizando los servicios de Google, aunque a partir de su entrada en vigor deberá aceptarlas expresamente o bien cerrar sus cuentas (en cuyo caso, los datos almacenados se volatilizan entre 9 y 18 meses después).
¿Cuál es la primera consecuencia de los cambios en Google?
A partir del mes que viene viviremos una experiencia más personalizada gracias a la recopilación de datos personales de nuestros perfiles y de un seguimiento del modo en que utilizamos el buscador en nuestro día a día (¿Alguno ha leído «1984» de George Orwell?..)
¿A quiénes afectan los cambios?
El brazo de Google alcanza a todos los usuarios registrados en cuentas de Gmail, Picasa, YouTube, Google+, etc. O, como puede adivinarse, en torno al 90% de los usuarios habituales de Internet.
Al parecer, siempre según fuentes oficiales y oficiosas, el objetivo de esta revolución estriba en el deseo de integrar todos los datos disponibles del usuario para cruzarlos y «conocerlo» mejor. Los datos cotejados se basarán en sus preferencias de búsqueda, los hábitos personales basados en Gmail, los contactos, Google Talk o Google Calendar. También detectarán datos como el número de teléfono, la dirección IP, el modo de uso del servicio y «cookies». Todo ello se traduce en más control online. Los únicos servicios sujetos a excepción son Google Libros, Google Chrome y Google Wallet, al parecer, por cuestiones legales.
¿Qué datos cederé a Google?
Nombre, dirección de correo electrónico, número de teléfono, fotografía, etc., es decir, los datos facilitados al crear un perfil o cuenta en Google serán escudriñados y almacenados por el robot.
¿Qué datos recopila el buscador de motu propio a partir de marzo?
Datos técnicos sobre el dispositivo (fijo o móvil) como el modelo de equipo, sistema operativo, datos de la red, número de teléfono del móvil... pudiendo asociar los identificadores del dispositivo o número de teléfono a la cuenta creada en Google.
El servidor podrá registrar datos como la dirección IP, el dispositivo utilizado en cada conexión, fallos producidos, actividad del sistema, tipo de navegador, ajustes del hardware, fecha y hora de conexión, url de referencia, idioma, cookies (que identificarán tu navegador y tu cuenta en la próxima conexión). Otros datos quizá más cuestionables serían el almacenamiento del número de la persona a la que realizamos una llamada, fecha y hora, duración de las llamadas, ruta de un mensaje SMS, tipo de llamada y hasta los números de desvío.
El motor de búsqueda conocerá automáticamente nuestra ubicación física, puntos de acceso Wi-Fi y antenas de telefonía móvil más cercanos.
Google se reserva el derecho de almacenamiento local de los datos del usuario y la memoria caché de las aplicaciones utilizadas.
¿Cómo protege Google mis datos?
La compañía afirma que no venderá ni cederá a terceros la información facilitada, ni la compartirá sin la autorización del usuario, «salvo en circunstancias excepcionales» (¿O suena la expresión «cuestión de Estado»?).
Contenidos compartidos
Una de las mejoras de la privacidad estriba en que Google nos permitirá determinar con qué usuarios deseamos compartir los contenidos de nuestro perfil en red social Google+. Si decides que sean públicos, podrá indexarlos y mostrarlos en los resultados de búsqueda.
En definitiva y tras un análisis a priori, parece que está justificado que los cambios anunciados por Google estén levantando una auténtica polvareda en Internet.