Por Redacción - 7 Julio 2015
Diferentes estudios han lanzado ya la voz de alarma sobre el futuro (y presente) de la televisión. Los millennials prefieren acceder a los contenidos en internet, porque valoran el hecho de poder verlos cuando quieren y como quieren y porque han incorporado nuevos hábitos de consumo de contenidos audiovisuales que no casan con cómo funcionan las televisiones tradicionales. A eso se suma, además, el hecho de que no sienten la necesidad de tener una oferta infinita, como sucedía en el pasado (y de ahí el fenómeno de los "cortadores de cable" estadounidenses, que no se dan de alta en los servicios de tele por cable) y pagar por ella. Prefieren pagar por lo que realmente les interesa.
Pero los millennials no son los únicos que están obviando a la televisión. Sus hermanos pequeños y hasta sus hijos lo están haciendo también y de forma mucho más notable. La Generación Z también ve menos la tele que las generaciones precedentes y los niños, que son el recambio generacional de consumo de contenidos y quienes veían muchos contenidos televisivos (hasta el punto que muchos analistas apuntaban que la tele era una especie de sustituta de la niñera), también están abandonando al electrodoméstico. Los niños ya no quieren ver la tele y para ellos la televisión ha dejado de ser un medio de comunicación.
Según un estudio de Miner & Co. Studio, los niños están pasando directamente de la tele, que ya no es su principal fuente de entretenimiento. Los más pequeños prefieren los dispositivos móviles que pueden tener en sus manos y por ello están recurriendo a smartphones y tabletas para acceder a los contenidos. Según los datos del estudio, un 57% de los padres asegura que sus hijos han cambiado la televisión tradicional por uno de estos dispositivos. Los datos son sobre una muestra estadounidense, pero lo cierto es que sirven para entender cómo están cambiando las pautas de consumo de contenidos de una forma mucho más genérica que aplicándolos solo a ese mercado concreto.
Los niños están, en general, obsesionados con los dispositivos móviles, que se han convertido en una de sus principales fuentes de ocio. Preguntados por si creían que sus hijos preferirían postre o tener más tiempo con su tablet, el 41% de los padres están seguros de que sus hijos se quedarían con la tableta.
Pero ¿por qué el tablet ha conseguido batir a la tele? Los niños, señala a AdAge uno de los responsables del estudio, prefieren acceder a los contenidos a través de dispositivos móviles, en lugar de hacerlo a través de la tele, porque estos terminales les dan una autonomía que la tele no les ofrece. Y, a diferencia de otros grupos demográficos (para quienes lo importante es el contenido y no realmente cómo se accede a él), para ellos lo importante es el soporte y no solo el contenido.
La apreciación que los niños tienen de la tele no es solo una cuestión de preferencia o de declaraciones en un estudio, sino que también está ya afectando a las audiencias. Las principales cadenas de contenidos para niños del mercado estadounidense están viendo como sus ratios de audiencia están cayendo y como están perdiendo peso entre los espectadores más jóvenes.
Ver la televisión es un castigo
Lo más curioso no es, sin embargo, que los niños estén viendo los contenidos en dispositivos móviles sino las asociaciones emocionales que se están empezando a imponer en la relación entre los más pequeños y la televisión.
De ser el dispositivo preferido de unos cuantos años atrás y el que era eliminado cuando se quería castigar al niño (si te portas mal, te quedarás sin tele) ahora se ha convertido en el terminal asociado al castigo. Cuando los padres castigan a sus hijos, eliminan el acceso a los dispositivos móviles, lo que ha hecho que los niños tengan que volver a la vieja televisión y que, por lo tanto, la asocien a los castigos.
Pero aunque la tele no se asociase al castigo, lo cierto es que los niños ya no ven la tele como algo moderno y "enrollado" sino más bien como una especie de remanente del pasado. "Bueno, básicamente, la tele apesta", le dijo uno de los niños del estudio a los responsables del mismo.