Internet ha revolucionado nuestras vidas. Es una realidad que todos conocemos, pero en muchos sentidos, todavía no somos realmente conscientes de en qué medida lo ha hecho ni de todo lo que aún queda por llegar. La red ha abandonado los ordenadores trasladándose a todo tipo de aparatos, desde lámparas inteligentes que se encienden y apagan identificando nuestra presencia a pulseras que miden el impacto de nuestra actividad física cuando salimos a hacer deporte. Este fenómeno es conocido como el Internet de las Cosas (IoT), un fenómeno que lejos de frenarse ha seguido dando pasos agigantados hasta alcanzar nuevos ámbitos como la industria. Esta realidad es conocida como la Industria 4.0 o el Internet Industrial de las Cosas (IIOT), es decir, estamos siendo testigos de la Cuarta Revolución Industrial.
Este nuevo concepto impulsará cambios determinantes en nuestra sociedad, tal y como la máquina de vapor lo hizo en la Primera Revolución Industrial; la producción en cadena, en la Segunda; y los sistemas electrónicos, las tecnologías de la información y la globalización, a la Tercera. El IIOT se basa en conectar a internet todos los aparatos y dispositivos involucrados en la producción de manera que estén interconectados y envíen toda la información que generan a tiempo real. Se vincula así máquinas capaces de aprender, tecnologías Big Data, de sensores, comunicación de máquina a máquina y tecnologías de automatización creando una industria inteligente. Gracias a ella es posible impulsar la productividad, mejorar los controles de calidad, la agilidad, la eficiencia, la sostenibilidad y la protección al medio ambiente, logrando ahorros muy importantes y optimizando, en definitiva, todos y cada uno de los procesos.
Esta es considerada para muchos como la evolución natural del sector y el camino para todas aquellas empresas productivas que quieran adelantarse al futuro y lograr una posición privilegiada en el mercado. El potencial de la transformación digital es inmenso. Según los últimos datos, en el año 2020 habrá 50 mil millones de dispositivos conectados a Internet y es que, por el contrario a lo que creemos, más del 99% de las cosas del mundo físico aún no lo están. Esto se traduce en una gran oportunidad para la Industria de evolucionar. Sólo unos pocos sectores como el automovilístico o el de la alta tecnología han sabido adaptarse a este nuevo escenario, siendo pioneros beneficiándose de todas sus ventajas. Sin embargo, el IIOT es mucho más accesible de lo que muchas empresas piensan, no es patrimonio sólo de unas pocas.
La implantación de la tecnología de computación en memoria HANA de SAP ya sienta las bases de un cambio paulatino como primer paso. Con ella es posible conseguir una infraestructura basada en la gestión de datos simples y complejos, así como en aplicaciones y capacidades propias de la economía en red y de las ciudades inteligentes. Apoyada en una red de millones de dispositivos conectados que procesan la información con total seguridad y que proveen de un conocimiento predictivo en tiempo real, las compañías ya pueden dar un gran salto tanto cualitativo como cuantitativo. El análisis predictivo, el procesamiento de eventos complejos, la geolocalización o la funcionalidad telemática son sólo algunas de las herramientas apoyadas en cloud que permiten lograr un valor añadido, decisivo en este nuevo escenario digital. La maximización del valor de la innovación a través de la Industria 4.0 se convierte así en el camino para alcanzar el éxito.