"Los directivos de las organizaciones se están viendo inmersos en una locura por la tecnología. Dime cuánto presupuesto tienes y te diré cuánto big data te doy". Esta era una de las reflexiones a las que se llegó en el grupo de conocimiento que lidero sobre la actualidad de la tecnología en las grandes empresas.
Pero, ¿tiene sentido empezar una carrera tecnológica?
Según algunos expertos: «No hay empresa que pueda seguir trabajando como lo hacía hace cinco años porque el mundo cambió».
Lo llaman el imperio del dato. Los temas que más suenan, o que podemos decir que están de moda en estos momentos son el Big Data, los sistemas DMP (Data Management Platform) y, por supuesto, la inteligencia artificial. Parece que hacen referencia a conceptos nuevos pero no están tan distantes del CRM, los ERPs, ETLs, Redes Neuronales, etc...¿os suenan?
O dicho de otro modo, ¿es la tecnología la solución? La respuesta es clara, la tecnología ayuda y MUCHO, incluso auguro un futuro más feliz para las personas y para el ciudadano en general.
Imaginemos un ejemplo simple, un viaje, por ejemplo. El que la tecnología evite rutas masificadas, señale lugares similares con los que más te sientes identificado o establecimientos de un patrón similar a donde más disfrutaste en momentos anteriores, incrementa el grado de satisfacción personal.
Incluso se puede relacionar esta vivencia con una sensación similar en el pasado (Siglo XIX-XX) cuando se pasó de tener relación amigos y familiares vía carta y con meses de diferencia, a la posibilidad de coger el teléfono y hablar de forma inmediata y en "vivo" con cualquiera de ellos. Se trata de "progreso" en favor de la humanidad y por supuesto, las empresas que estuvieron ahí fueron pioneras. Pero, estaremos de acuerdo en que no todas continúan a día de hoy.
Únicamente aplicar tecnología para formar parte del progreso, ¿es esa la solución?
Retomando la conversación inicial del debate que daba pie a este artículo, era interesante escuchar cómo muchas organizaciones están colapsando los lunes, dado que los fines de semana a los directivos les da por tener "ideas brillantes" relacionadas con la tecnología que formulan al llegar a sus puestos de trabajo a los responsables de estos departamentos colapsándolos sobre lo que debería ser prioritario.
Y la situación que surge es: "¿a cuánto el kilo de Big Data? Si tienes presupuesto lo ponemos en marcha". Big Data o inteligencia artificial, parece ser que sólo es cuestión de recursos económicos, visto desde esta perspectiva.
Pero, ¿no se obvia lo relevante? ¿Se tiene claro el rumbo a seguir? ¿Cuál debe ser el eje de la transformación? Por mucha tecnología que apliquemos y por muy "transhumanos" que lleguemos a ser, no dejaremos de ser eso precisamente "humanos". En los que aproximadamente "el 95% de la toma de decisiones es emocional". Muchos desarrollos serán fallidos por no tener en cuenta este factor.
Tan sólo imaginemos, el tiempo que nos llevará dejar a nuestros hijos a un coche inteligente dirigido por un robot, para ir al colegio. Llevará un tiempo.
Por tanto, no debemos olvidar que el imperio del dato debería ser "emocional" y siendo así, tendríamos que transformar el conocimiento emocional que existe sobre el negocio en los directivos y resto del personal, de "semiausente" en "profundo", antes de poner en marcha la tecnología. Para a continuación, enfocar la captación de datos en la obtención de información emocional y poder así, utilizar los estímulos adecuados, para obtener los comportamientos buscados en clientes y empleados.¿No creéis?