Por Redacción - 19 Diciembre 2017
Hay un grupo demográfico que es uno de los grandes impulsores del vídeo online. Quizás ni siquiera se necesitan los estudios de las compañías de análisis para verlo: solo con sentarse en una cafetería a una hora concurrida, una de esas en las que también se llenan de familias y en la que no es difícil cruzarse con niños, se puede ver lo que está ocurriendo. Los niños son unos grandes consumidores de vídeos online, como demuestra el hecho de que muchos de ellos estén sentados en la mesa de la cafetería con sus padres, un smartphone entre las manos y YouTube conectado.
¿Qué explica este interés por el vídeo y por qué los niños están destinando toda si atención online a este tipo de contenidos?
De entrada, como apuntan en un análisis en eMarketer, es una cuestión de acceso y de control de dispositivos. Los niños son nativos digitales, pero a pesar de ello la mayoría de ellos no poseen sus propios smartphones. Al final acceden a contenidos empleando el smartphone de sus padres. Esto hace que su acceso a contenidos en redes sociales sea bastante residual y que su presencia en este entorno sea poco relevante. Lo que hacen cuando se conectan a internet es ver vídeos online.
Y los vídeos online son ahora su gran fuente de entretenimiento. El estudio se centra en los últimos resultados de un estudio realizado sobre una muestra estadounidense para llegar a estas conclusiones. Según los datos del estudio, prácticamente la mitad de los niños estadounidenses de 11 años o menos son espectadores de vídeos online.
A esto se suma que los cambios de hábitos de consumo de contenidos de sus padres están teniendo un impacto también en cómo ellos consumen contenidos (lo que es no una buena noticia para la televisión). Estos niños son ya hijos de los cortadores de cable, la generación que decidió dar de baja su subscripción a la televisión por cable para optar por los servicios de subscripción de vídeo bajo demanda, lo que también afecta a cómo los niños ven los contenidos.
Los niños de 8 años y menos es más probable que vivan en una casa que no tiene conexión de tele por cable y que sí tenga, por el contrario, un servicio de vídeo bajo demanda contratado.
A eso se suma que YouTube es el gran pegamento que une a todos los niños. El 45% de todos los niños estadounidenses de entre 8 a 12 años tiene una cuenta en YouTube y dos tercios de los niños entre 10 y 12 son usuarios de esta plataforma.
Los niños están además por encima de la media en consumo de vídeo online. La media, según los datos de eMarketer para el mercado estadounidense, está en el 68,5% en penetración del vídeo online en EEUU. Los niños de 0 a 11 están en el 47,5%, cierto, pero los de 12 a 17 ya suben hasta el 92,6%. Solo les superan los consumidores de 18 a 24 años con su 94,7% de penetración.
Todos estos datos no son solo cifras interesantes, sino más bien una suerte de llamada de atención de cómo están cambiando las cosas. Los niños están acostumbrándose a consumir contenidos online y bajo demanda, lo que se convierte en una suerte de pesadilla para la televisión. La tele no puede competir con estos hábitos, al menos del modo en el que está operando ahora mismo.
La televisión está apostando por mantener sus viejos hábitos y sus viejas estrategias, estrategias que ya le están dando problemas para llegar a los adultos de hoy en día y que más le dará para llegar a los adultos del mañana, si se piensa en cómo estos están viendo ahora mismo contenidos en su infancia.