
En 1934, lo que hoy conocemos como Canon lanzó una cámara de fotos en Japón, que supuso el pistoletazo de salida para lo que el paso del tiempo convertiría en una multinacional que no solo fabricaba cámaras, sino muchas más cosas (después de la II Guerra Mundial, por ejemplo, eran especialmente conocidos por sus máquinas de escribir). La cámara fue bautizada entonces como Kwanon, en honor a una deidad budista, y el logo de la marca fue diseñado partiendo de ese punto de inspiración. La firma rápidamente vio que aquello tenía que ser cambiado: en los siguientes años se convirtieron en Canon y eliminaron a la diosa de su imagen de marca. Querían resultar modernos. Hoy, 80 años más tarde, nadie pensaría en una diosa budista al ver el logo de Canon, con unas estilizadas letras rojas.
La firma es una de las habituales cuando se hacen artículos mostrando la evolución gráfica de los logos de las compañías. No es el único ejemplo. Microsoft, Nokia, IBM y hasta Apple han tenido logos de lo más variados. Más cerca geográficamente, por ejemplo, podemos pensar en Telefónica, cuya evolución de logos abarca desde el medallón claramente retro de su fundación en 1924 como la Compañía Telefónica Nacional de España y llega a las "tes" granuladas de los 80, culminando por recuperar el nombre completo como logo y hacerlo desaparecer cuando se reinventó como Movistar. Aunque, por supuesto, los consumidores siempre recordarán y tendrán en mente las imágenes gráficas de las cabinas públicas o de los teléfonos que tenían en sus casas cuando piensen en la imagen de marca de Telefónica.
Muchos de esos logos que las empresas han cambiado a lo largo de los años eran conocidos y populares. Muchos se han convertido en el objeto de una nostalgia retro por parte de los consumidores. Así pues, ¿por qué cambian las empresas sus logos con el paso del tiempo? Si los compradores valoran cada vez más la autenticidad y la historia de marcas y productos, ¿por qué no mantener para siempre esa imagen de marca del pasado que conecta con su trayectoria muchas veces centenaria?
El ciclo de vida natural de las empresas es el que acaba empujando a las firmas a cambiar de logo. Este verano, por ejemplo, lo hicieron unas cuantas. Las razones para estrenar un nuevo logo y renunciar a la tradición de la marca son bastante variadas.
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