
Por Redacción - 10 Enero 2018
En las pasadas décadas, el modo de comprar en supermercados se fue adecuando a la gran moda imperante, importada de Estados Unidos y que se fue filtrando poco a poco a todos los lugares. La compra se hacía en grandes hipermercados de grandes cadenas que lo vendían prácticamente todo. Eran esos espacios monstruosos, situados en centros comerciales en las afueras, en los que había muchísimos productos y en los que se podía comprar de todo. Era el boom del gigantesco hipermercado que daba acceso a todo.
Cierto es que en Europa de forma paralela también se estaban manteniendo los supermercados más pequeños, los que se encuentran dentro de las localidades, aunque ellos también tenían que ofrecer muchos productos para poder llegar a sus audiencias. Un super con un par de cosas de cada se quedaba en algo simplemente cutre.
Pero este modelo está en pleno proceso de cambio: los consumidores ya no quieren esos espacios gigantes en los que hay muchísimas cosas y en los que te puedes pasar la tarde. Por un lado, se podría decir que se ha producido un cambio sociológico. Como han ido demostrando varios estudios a lo largo de los últimos años, los millennials quieren otras cosas y buscan comprar de un modo distinto.
Sin embargo, este no es el único motivo de cambio y fijarse en quienes se están convirtiendo en los grandes dominadores de la escena, los trendsetters del mundo de la alimentación, muestra también otro cambio de posición. La tendencia dentro del mercado muestra una cada vez mayor inclinación hacia una experiencia que resulte más rápida, más barata y que sea más pequeña. "Todo se trata de limitar la oferta", explica a Phys Sayan Chatterjee, de la Case Western Reserve Universitys Weatherhead School of Management y responsable del estudio que ha permitido llegara estas conclusiones.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

