Ando tiempo molesto con como se está entendiendo esto de las redes sociales. Más molesto cada vez que hablo con más clientes y su absurda obsesión por
los “me gustas” (antes “fans”) y los “followers”. Parece que a día de hoy, esto de las redes sociales consiste en tener más “me gustas” y “followers”
que mi competencia, ese parece ser el único objetivo por el cual se valora el trabajo realizado en redes sociales.
Pocas métricas son tan engañosas y manipulables como la creación de esos “me gustas” y “followers”, si esa es tu obsesión opta por el camino fácil y
barato, no te hace falta tener una estrategia, ni un plan de contenidos ni un community manager. También puedes optar por premios y concursos… esa parece la única respuesta que se sabe dar a día
de hoy para cualquier estrategia de captación “¡Hagamos un concurso!”.
Tras la reflexión inicial, uno ya empieza a entrar en razón… quiero “fans” pero naturales, de calidad. Y ahí es donde radica el “quid de la cuestión”,
la calidad y ahí es donde debería estar la obsesión. Las redes sociales no tratan de cantidad, tratan de calidad. ¿de qué valen miles de personas
suscritas a mi canal que no les interesa ni lo que digo, que no comprarán mi producto? Pues no valen de nada.
Esta obsesión por la calidad, será la que nos empiece a hacer pensar en las preguntas adecuadas. ¿Por qué alguien va querer suscribirse a mi canal de
redes sociales? ¿cuáles son las motivaciones de los usuarios para contactar conmigo? ¿voy a saber responder a mis clientes sus dudas? ¿tengo cosas de
interés que ofrecerles?
Pensar en la calidad, es la que nos lleva a entender bien cual es la función real de las redes sociales a día de hoy.
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Dinamización y credibilidad. De nada sirve decir que tienes el mejor producto del mundo, existen otros muchos medios donde puedes
decirlo. El factor diferencial que ofrecen las redes sociales, es que el mensaje será transmitido por personas, haciendo el mensaje mucho más
creíble (no creo a una marca que dice tiene el mejor producto, si creo a un usuario que lo dice). Tener muchos fans “promocioneros” que se quejarán
si no ganan o les dará lo mismo lo que tengas que decir después es arriesgado. La gente que no presente afinidad con tu marca, jamás te ayudará a
distribuir tu mensaje.
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Elección de canales. Facebook está muy de moda… pero muchas veces nos estamos olvidando de foros y comunidades. ¿Por qué
obsesionarte con fans en Facebook cuando existen comunidades segmentadas con tus usuarios? ¿Si soy una marca de coches, por qué ha de primar
Facebook frente a los foros de usuarios de coches? Parece que nos hemos olvidado del valor que existen en foros y comunidades, gente muy activa
online auténticos expertos en ciertos campos con quien podemos tratar de comunicarnos y nos pueden dar la información de mayor valor.
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Servicio de asistencia al cliente. Si hay algo para lo que nos pueden ayudar las redes sociales, es para resolver las dudas de
nuestros clientes. Las redes sociales son un canal de comunicación abierto y los usuarios lo aprovechan para demandar información. Los usuarios que
tienen dudas sobre tu producto, ya son tus clientes, preocúpate por ellos, si ellos están contentos se encargarán de recomendarte.
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Fidelización. Unido con lo anterior, un buen servicio de asistencia fideliza, pero no nos limitemos a ello ofrezcamos herramientas
de valor que hagan la vida de dichos usuarios más fácil.