Por Redacción - 27 Enero 2014
La mayoría de los profesores utiliza habitualmente las redes sociales, bien sea con fines académicos o personales. Se trata sin duda de un canal que les permite acercarse a los estudiantes. Sin embargo este hecho no deja de preocuparles, debido a que esta actividad 2.0 podría causar problemas con sus alumnos, e incluso con sus padres.
Así lo afirma el estudio publicado por la Universidad de Phoenix, donde se analiza la integración de las redes sociales entre el profesorado de enseñanza primaria y secundaria en Estados Unidos, extrayendo interesantes conclusiones. Una de ellas nos revela como el 47% de los profesores consideran que las redes sociales pueden contribuir a mejorar la experiencia educativa de los estudiantes.
En cambio, es importante destacar que el personal docente no mantiene una actitud proactiva respecto a su uso, incitando a los alumnos a interactuar con ellos a través de las redes sociales. Únicamente el 17% afirma haber animado a sus alumnos a conectar con ellos en estos medios. Ni siquiera han integrado su uso en el aula, solo el 18% reconoció llevar a cabo esta práctica en su clase. En el caso de los profesores de instituto, sí se aprecia una mayor integración de las redes sociales. El 19% de los profesores las aplicaba dentro de la propia aula, mientras que un 21% afirma haber invitado a sus estudiantes a conectar con ellos. Por su parte, el 55% indicó que tampoco tenía previsto incluir las redes sociales en su actividad docente en el futuro, aunque a un 27% sí le gustaría hacerlo.
El desarrollo de las redes sociales ha sido tan rápido que muchos sectores, como el de la educación, no han sido todavía capaces de reaccionar. Ante la llegada de las redes sociales a la escuela, los profesores lamentan no contar con un plan de formación que les oriente sobre el uso adecuado de esos nuevos canales en su actividad diaria, tanto para conectar con los alumnos como con sus padres. Únicamente el 29% de los encuestados afirmó haber recibido formación al respecto.
Además, conviene tener en cuenta que el uso de las redes sociales inevitablemente implica una exposición pública, lo que puede cuestionar la vulneración de la privacidad. Una realidad que no es ajena a los profesores; el 69% considera que los padres en alguna ocasión han consultado sus perfiles personales con la intención de conocer detalles sobre su vida privada.
Decididamente, las redes sociales constituyen un canal de comunicación con una elevada tasa de penetración, que permiten el intercambio de información de forma rápida y efectiva. Sin duda, son una poderosa herramienta educativa que, bien gestionada, puede contribuir a mejorar el rendimiento escolar, así como permitir la conversación fluida entre profesores, alumnos y padres. Se trata de una innovación todavía muy incipiente, que implica la relación a otro nivel entre menores y adultos; padres, hijos y profesores, sin olvidar la exposición de la privacidad. Por tanto, su implantación dentro de la actividad docente ha de realizarse de forma debidamente planificada, previo consenso entre todas las partes implicadas.