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Los adultos llegan a Snapchat y la red social se arriesga a dejar de ser cool

Snapchat es el último ejemplo de una tendencia que ya ha hecho caer a otras antes, como fue el caso de Facebook

Por Redacción - 6 Julio 2016

Suele funcionar a dos niveles, pero ambos explican por qué de pronto la red social de turno, la que era la más popular de la fiesta, se empieza a llenar de "gente mayor". Posiblemente los dos niveles funcionen de forma paralela, pero sus efectos se acaban notando casi al mismo tiempo. Por un lado, están todos los profesionales de redes sociales que se lanzan a intentar comprender la nueva red social de moda y (sobre todo) a intentar comprender cómo puede incluirla en sus estrategias sociales.

Por otro lado, están todos los padres que quieren saber lo que sus hijos están haciendo tanto tiempo en ese lugar y, en definitiva, espiarles. Todos entran en la red social de turno y todos dan el pistoletazo de salida a la conquista por parte del público "maduro" del destino más cool de la red, de la red social favorita de la gente joven. Tras ellos llegan los adultos en general y la red social se llena de tíos, abuelos y gente variada, pero mucho más mayor que el público inicial, y los jóvenes acaban dando la espantada.

Snapchat, la red social favorita de los adolescentes, está ahora mismo en la primera fase de ese proceso. "Es bastante chocante", le confiesa un usuario de 18 años a The Wall Street Journal, el medio que ha destapado esta tendencia, reconociendo que es raro encontrarse a los adultos en ese escenario. Los padres (y los community managers) han empezado a adentrarse en Snapchat y las cosas empiezan a cambiar de rumbo.

Las cifras que lo demuestran

La cuestión no es solo una percepción que los usuarios de la red puedan tener sino también una realidad sustentada con cifras. La mayoría de los usuarios de Snapchat es todavía muy joven y el peso de la app es mayor en ciertos segmentos demográficos (y no como, por ejemplo, Facebook, donde los porcentajes están ya bastante equilibrados). Con datos de Estados Unidos, el 67,5% de los usuarios de smartphones de entre 18 y 24 años también usa Snapchat, como lo hace el 37,8% de los de entre 25 y 34 y el 14% de los mayores de 35. En Facebook, las cifras son, respectivamente, 79,2%, 79,8% y 72,4%.

Pero lo interesante no es comparar esos datos con los de otras redes sociales sino más bien compararlos con los de hace no mucho tiempo. Hace tres años Snapchat solo conseguía un 5% entre los 25 a 34 y un 2% en los mayores de 35.Y, como apuntan en BusinessInsider, las propias estadísticas de Snapchat se inclinan aún más hacia los grupos demográficos más mayores. Es decir, según sus propios datos tienen todavía más usuarios oldies. Ellos también han peinado las demás redes sociales para encontrar menciones al cambio y las han encontrado. En Twitter no es difícil encontrar tuits de "mis padres están en Snapchat".

¿Está ya Snapchat perdiendo el brillo de lo cool?

En estos análisis recuerdan que en Snapchat es más fácil jugar con la privacidad y por tanto evitar que esos nuevos consumidores accedan a los contenidos que no quieren que se vean. A todo esto, habría que sumar que la red social está en el primer punto del proceso, en el que los mayores son aún minoritarios y aún una suerte de "invasores". Habrá que ver lo que sucede en los próximos meses.

La muerte de lo cool

Los adolescentes aún se sienten cómodos en Snapchat y aún sienten a la red social como propia, aunque lo cierto es que el proceso que está viviendo esta red social no es único y no es la primera vez que ocurre algo así. En el ciclo de la vida de las redes sociales, el "efecto padres" parece casi inevitable. A medida que se van haciendo más y más populares y a medida que tienen más y más usuarios, las nuevas redes sociales van captando la atención de más y más públicos. Se podría decir que, una vez que hablan de ella en el suplemento dominical del periódico de turno, la red social ha perdido su glamour y su aura de ser lo más moderno del mercado. Posiblemente ya es demasiado mainstream para ello.

El caso más paradigmático de la muerte de lo cool en redes sociales es Facebook. Facebook empezó con un modelo de desarrollo muy centrado en los jóvenes y muy ligado a ellos. En el principio de la red social, solo se podía abrir una cuenta si se tenía un mail de una universidad y si era de una universidad concreta. A medida que iba creciendo, fue eliminando restricciones y, cuando llegó a Europa, por ejemplo, cualquiera con una dirección de email podía abrir un perfil. Aun así, al principio solo los jóvenes usaban Facebook y lo hacían para subir fotos, hablar con sus amigos y compartir actualizaciones de perfil. Las cosas fueron evolucionando progresivamente. Primero se llenó de marcas y de páginas de empresa. Luego aparecieron usuarios más mayores y finalmente los usuarios tuvieron que hacerse amigos de sus padres. Las dinámicas cambiaron por completo.

Facebook fue perdiendo así brillo y fue dejando de ser cool. Tanto es así que una encuesta reciente de Forrester ponía a Facebook cuarta por la cola de la lista de las redes sociales favoritas de los adolescentes. Otro estudio de más o menos las mismas fechas señalaba que para los adolescentes Instagram ya era mucho más importante que Facebook.

Los adolescentes siguen usando, más o menos, Facebook, o al menos eso es lo que dicen las estadísticas (¿lo verán como un mal necesario?) pero ese ya no es su destino favorito ni el escenario en el que se sienten más cómodos. Otras redes sociales han cubierto ese lugar y les hacen sentir más en un escenario propio. Instagram y Snapchat le han robado ese mercado. Instagram se ha hecho abrumadoramente popular en los últimos tiempos y ha ido conquistando más y más nichos de mercado, así que posiblemente también corra el riesgo de dejar de ser la reina de la fiesta. Para Snapchat puede que el cambio ya haya empezado.

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