Las redes sociales están cada vez más presentes en la vida de los consumidores, que les dedican cada vez más tiempo y que las usan cada vez más como herramienta para comprender qué está ocurriendo, para buscar referencias o para interactuar con aquellos con los que desean hablar.

Este boom de las redes sociales y este crecimiento en su importancia y en su influencia ha tenido un efecto directo sobre las dinámicas de las marcas y sobre el modo en el que los consumidores analizan los productos. Las redes sociales se han convertido en un espacio en el que los consumidores cada vez buscan más información sobre las cosas que les interesan y sobre los productos que quieren comprar, al tiempo que dan cada vez más valor y más peso a la información que encuentran en ellas.

De hecho, las redes sociales han cambiado el epicentro de lo que es relevante y lo que no y han creado nuevos focos de interés y nuevos espacios de peso en lo que a influencia se refiere. Los consumidores valoran más las opiniones que otros consumidores publican y también siguen más las recomendaciones de los influencers sociales (frente a los medios o los famosos) de lo que lo hacían antes. Y todo esto está teniendo un efecto directo no solo sobre los propios canales sociales sino también sobre los otros canales de comunicación existentes entre consumidores y marcas.

Esto ha hecho que los medios tradicionales de comunicación hayan empezado a perder la partida ante los nuevos medios. De hecho, como demuestra un estudio de Influence Central las redes sociales están ya batiendo a los grandes medios de siempre. Según sus conclusiones, las redes sociales ya tienen un peso mucho mayor que la televisión en las decisiones de compra de los consumidores. Así, una actualización positiva o una mención llega a más consumidores que lo que se dice en la tele.

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