Por Redacción - 25 Octubre 2017
El fraude publicitario es uno de los grandes elementos que preocupan a la industria. Los anunciantes quieren tener la certeza de que su gasto publicitario está haciendo que lleguen a sus potenciales consumidores, pero lo cierto es que en internet todavía quedan ciertas sombras en esa cuestión. La publicidad no siempre acaba llegando a los potenciales consumidores, porque por el medio se puede cruzar con los cibercriminales.
Es uno de los riesgos de la publicidad programática, que se ha convertido en, en cierto modo, un también nido de mentiras para los anunciantes. La publicidad programática deja en manos de algoritmos el casar a anunciantes con los medios y la audiencia en la que quieren aparecer, pero ha causado también no pocos problemas. Los cibercriminales pueden aprovecharse de sus herramientas para dirigir los anuncios a sus cuentas. Logran simular tráfico y quedarse con el dinero de los anunciantes, aunque nadie está viendo sus anuncios.
En los últimos tiempos, se han destapado varias tramas de publicidad robada que han estado haciendo que sus responsables se hiciesen de oro con anuncios que nadie estaba viendo. Una de las últimas fue una red de sites zombies, en los que a pesar de lo que podía parecer (de entrada parecían sites legítimos) se estaba sirviendo (cara) publicidad de vídeo que nadie veía. Cada vez parece que la industria es más consciente del problema y que se están destapando más y más tramas.
Sin embargo, y a pesar de lo que pueda parecer, lo peor está todavía por llegar. Según los datos de White Ops, en lo que queda del año nos enfrentaremos a lo peor en lo que a fraude publicitario se refiere. La mitad de todo el fraude publicitario que se registrará a cierre de 2017 se producirá durante las próximas semanas, haciendo que el cuarto trimestre del año (el que, por otra parte, coincide con la campaña de Navidad) sea el que más pérdidas genera para la industria.
En total, y según las estimaciones del estudio, se espera que se pierda unos 3.500 millones de dólares en fraude publicitario durante el cuarto trimestre de 2017. La cantidad no solo es impactante por ella misma, sino que supera también a las pérdidas cosechadas durante el mismo período de 2016. El año pasado, el fraude publicitario estuvo en los 3.100 millones de dólares durante la campaña de Navidad.
Por supuesto, los cibercriminales también celebran las fiestas. La Navidad es uno de los momentos más importantes en términos de gastos del año y es uno de los escenarios en los que todo el mundo intenta posicionarse para conseguir los mejores resultados posibles. Para las empresas, la campaña de Navidad es uno de los mejores momentos en términos de ventas, lo que lleva a que sea también uno de los momentos álgidos en lo que inversión publicitaria se refiere.
Si se quiere vender, hay que tener en cuenta que hay que llegar antes al consumidor y hay que hacer que este descubra los productos. Por ello, durante noviembre y diciembre, la inversión en publicidad en internet sube. Los precios son un 50% más altos de los anuncios online, según los datos de White Ops, lo que hace que los cibercriminales también quieran aprovecharse de la situación.
Si a eso se suma que el período de la campaña es también el momento del frenesí del Black Friday y del Ciberlunes, se puede tener una imagen mucho más general de la situación. Los anunciantes intentan posicionarse también ahí y los cibercriminales intentan también hacer ahí caja.