Por Redacción - 22 Agosto 2013
Es innegable, los colores transmiten emociones, las cuales atribuimos a lo que acompañan. Por tanto, nuestra percepción sobre una marca, una habitación o una prenda será una u otra en función de su color. Esto no es nada nuevo, la conocida teoría psicológica del color nos ilustra sobre las distintas sensaciones que nos hace sentir una tonalidad u otra. Estas mismas premisas son aplicables a una marca o anuncio, de nosotros depende cómo utilicemos el color para transmitir unas cualidades u otras.
Así, el uso del color en el marketing puede influir en factores tan importantes como el reconocimiento de marca (80%) o las decisiones de compra. Kissmetrics recogía en una infografía publicada en 2010 que el 85% de los clientes valora el color del producto como principal razón a la hora de seleccionarlo.
Por tanto, no es casualidad que los colores característicos de McDonald"s sean el amarillo y rojo. Tonalidades que denotan energía, ocio o pasión. Además de llamar poderosamente la atención, lo que hace que la marca sea realmente atractiva y reconocible a simple vista.
Otra marca que apuesta por el color de la pasión y la vitalidad es Coca-Cola, quien durante su más de un siglo de vida ha teñido de este característico color todo a su paso. Incluso se rumorea que sus acciones tienen mucho que ver con el color de la navidad. Ya en 1931 comenzó a incluir a Santa Claus en su publicidad navideña, apareciendo con el famoso traje rojo que todos conocemos.
No es difícil encontrar una entidad financiera o empresa de seguros cuyos colores corporativos sean los tonos azules. Así, el azul es el color de la seriedad, tranquilidad y confianza. Atributos que pretenden transmitir marcas como BBVA, Allianz o Axa. Los mismos tonos por los que apuestan empresas del automóvil, como es el caso de Ford, o la tecnología, como HP o Philips.
En cambio, las empresas más transgresoras apuestan por los tonos más desenfadados, como pueden ser los naranjas. Así es el caso de Orange, quien incluso atribuye su nombre a este color, ING direct, o la nueva imagen de Hotmail.
Si queremos transmitir feminidad, inocencia o delicadeza optaremos por el color rosa. No hay un tono más tierno, romántico y dulce que este suave color. Éste es el caso de las empresas cuyo producto está dirigido prioritariamente al público femenino, o pretenden representarlo, como Tena Lady, Barbie, o Playboy; muy presente también en las marcas de perfume y líneas de producto dirigidas a este nicho de mercado.
Por su parte, el negro denota glamour, exclusividad y elegancia. Como tal se utiliza en las marcas de lujo y productos gourmet. Para aumentar su status se combina con el oro, fiel reflejo de ostentosidad y poder. Como ejemplo podemos destacar Apple, Boss o D&G.
Por último y no por ello menos importante destacamos el color verde, como símbolo de armonía, equilibrio o curación. Denota sensaciones tan armoniosas como la paz, tranquilidad o naturalidad, tan necesarias en nuestro día a día. Este color es propio de aquellas empresas que quieren vincular su actividad con la ecología y entorno saludable, como pueden ser BP, Iberdrola o Yves Rocher, junto con las marcas de productos ecológicos. También es propio de aquellas marcas que quieren dejar atrás los colores tradicionales, y optan por dar un aire fresco a su identidad corporativa, como es el caso de la marca que firma este escrito.
De alguna forma, ciertos colores mantienen una evidente relación con determinados sectores e industrias así como diferentes emociones. No es que resulte una regla infranqueable pero debido a esta u otras razones ¿Podría llegar el color a determinar el éxito de una marca?