Por Redacción - 5 Octubre 2015
El logo es un parte fundamental de la imagen de una empresa, ya que funciona como carta de presentación de la misma y es lo que hace muchas veces que el consumidor identifique a la compañía con simplemente un golpe de vista. El logo tiene que ser por tanto memorable y tiene que conectar rápidamente con los principales valores que la marca defiende. El logo tiene que decir, de forma rápida, muchas de las cosas que la marca quiere transmitir.
El logo va, de hecho, evolucionando con la historia de la compañía y muchas son las razones que hacen que el logo cambie con el paso del tiempo. Así, las modificaciones en la estrategia o en las posiciones de la firma hacen que sea casi obligatorio hacer un reajuste dentro del logo. Los elementos contextuales también empujan a las marcas a cambiar su logo y a adecuarlo a los gustos de su época, ya que por ejemplo no fue lo mismo el gusto de los años 80 que lo que imperaba en el comienzo del siglo XXI. El rebranding y los ajustes en el logo pueden servir también para hacer que la marca siga siendo relevante.
¿Hay alguna receta mágica para lograr que esos cambios ayuden a mejorar las posiciones de la marca? Es decir, ¿existe una fórmula perfecta para hacer que un logo sea mucho más eficiente que otro a la hora de llegar al consumidor? El análisis de la situación y el ver qué es lo que ha funcionado (y lo que no) para algunas compañías puede servir para entender en qué elemento puede estar la clave del éxito en cuestiones de diseño de logos. Según las conclusiones de un estudio de Siegel+Gale, que ha analizado los logos de 100 de las compañías más grandes a nivel global y lo ha cruzado con datos estadísticos de consumidores, los logos que más éxito tienen son los logos simples.
Los consumidores recuerdan así de forma mucho más fácil y sencilla aquellos logos que optan por un diseño limpio y simple, como pueden ser los de Apple, Nike, Starbucks, Coca-Cola, Amazon o Pepsi. "Simple fue la palabra que más se repitió, más que ninguna otra", explica a AdWeek Brian Rafferty, el director de investigación global de la firma de análisis.
Pero aunque simple fue la palabra clave más repetida como valor fundamental asociado a un logo, no fue el único atributo que los consumidores destacaron relacionados con el logotipo de una empresa y con ciertos valores relacionados.
Los consumidores también han señalado que algunos logos eran poderosos. Este valor era asociado habitualmente a los logos de formas geométricas o, en segundo lugar, a los que están formados por iniciales. Otro valor fue el de ser tradicional, que se llevaban aquellos que estaban construidos con fuentes serif. Frente a ellos se posicionaban aquellos logos que los consumidores denominaban como trendy, modernos, que eran los que incorporaban una ilustración asociada.
Estos no son los únicos valores que los consumidores asocian a los logos, según los datos del estudio, ya que también unen emociones a la imagen de presentación de la marca. Así, algunos logos son vistos como cálidos y cercanos, que es lo que logran los logos orgánicos; otros como sofisticados y exclusivos, que son los que emplean tipografía serif; otros como divertidos, que es lo que ocurre con las ilustraciones; otros como accesibles, cuando se incluyen elementos unidos dentro del logo; y otros como amistosos, y aquí vuelven a aparecer las ilustraciones.
Otros valores que los clientes ven en los logos es que la marca es cool o estilosa (las ilustraciones sirven para ello), que está en la cresta de la ola (los logos que usan iniciales), confiable (tanto el uso de iniciales como de elementos que convergen) o innovadora (elementos orgánicos).
¿Por qué apostar por un buen logo?
El logo es por tanto muy importante porque sirve para transmitir muchas ideas y muchos mensajes a los consumidores, que ven en ellos algo más que simplemente un sello para identificar a una compañía.
Según los datos del estudio, los logos que son memorables consiguen atraer la atención de los consumidores en un 13% más. Los consumidores no solo se fijan más en la marca sino que además se interesan mucho más en ella. Los compradores son en un 7% más proclives a intentar aprender cosas sobre la marca y en un 6% a pensar que esa compañía es más única que las demás de su mismo sector.
No es el único dato que invita a pensarse bien lo que se hace en cuestiones de imagen visual. Según datos de Colourfast, un 93% de las decisiones de compra de los consumidores se toma basándose en las percepciones visuales. Los colores y las formas tienen, por tanto, un efecto psicológico en el consumidor.