
Por Redacción - 30 Enero 2018
Los consumidores emplean lo que otros consumidores dicen y comentan como guía para tomar decisiones en sus compras y para crear una imagen de marcas, empresas y productos. Poco importa que el otro sea un desconocido: las opiniones de los demás se han convertido, en su conjunto y con un valor colectivo, en una guía para comprender el mercado y para tomar decisiones sobre lo que hacer en el mismo.
Es una lección que las empresas han tenido que ir aprendiendo en los últimos años y de la que han tenido que ir asumiendo la importancia de los comentarios o de las menciones en redes sociales, entre otros elementos. En el caso de los comentarios, la presencia online de las compañías ha tenido que ir abriéndose cada vez más y ha tenido que ir asumiendo cada vez más el que pueden ser encumbradas o despellejadas en la sección de opiniones.
En el caso de las redes sociales, las compañías han intentado incentivar que los consumidores que los consumidores hablen directamente de ellos y el convertirse en parte de las conversaciones, especialmente teniendo en cuenta que los mensajes que llegan directamente desde las marcas se ven de un modo diferente y que además tienen mucho más complicado pasar el filtro de las propias redes sociales. Los cambios que las redes sociales han realizado en sus algoritmos hace mucho más difícil que los contenidos que las marcas y las empresas generan lleguen al consumidor final como usuario de redes sociales. Si a eso se suma que los mensajes que llegan de los demás y no de las empresas se ven con mejores ojos y se les otorga más credibilidad, se puede ver la foto completa de esta situación.
Por ello, las marcas se han lanzado a la conquista de los influencers y han creado líneas de trabajo con ellos. Sin embargo, los influencers no salen gratis y las marcas tienen que abrir el monedero y ajustar sus presupuestos si quieren que estos las tengan en cuenta.
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