Por Redacción - 4 Diciembre 2012
Estamos construyendo una forma de vivir, nuevas necesidades, nuevos intereses, nuevas tendencias, todo ello en relación a los valores que rigen la convivencia y, con una relación indivisible de la producción con el consumo. La experiencia del consumidor se define como el conjunto de emociones que desata nuestra marca y que deriva en la fidelización del cliente, quien a su vez adopta el rol de “prosumidor” influyente. Pero además, constituye el nexo indivisible entre marcas y clientes basadas en relaciones a largo plazo centradas en la confianza.
Es por ello, que las experiencias de marca como estrategia de marketing, se han convertido en prácticas esenciales para estimular y fortalecer ese vínculo emocional entre el cliente y la propia marca. Bien como espectador de primera línea o como auténtico protagonista de las acciones, este tipo de puestas en escena donde no falta el ingenio, la creatividad y el efecto sorpresa, son capaces de despertar y generar todo tipo de estímulos y emociones positivas.
Como prueba de ello, hemos recogido algunos ejemplos que bien merece la pena destacar. Propuestas y experiencias de marca donde el consumidor se siente participe o involucrado como el centro de cada una de las acciones desarrolladas por la propia marca. No te las pierdas!