A diario nos vemos bombardeados con multitud de impactos que buscan llamar nuestra atención. Más del 80% de los mensajes publicitarios están centrados en el sentido de la vista; en cambio, según indica Martin Lindstrom, autor del libro Brand Sense, el olfato influye en el 75% de nuestras emociones cotidianas.
Otras investigaciones como la realizada por laUniversidad de Rockefeller, nos revelan como las personas son capaces de recordar el 5% de lo que ven, el 2% de los que oyen o el 1% de lo que tocan. Sin embargo, este porcentaje aumenta sorprendentemente hasta el 35% cuando el sentido del olfato entra en escena.
El olfato es nuestro sentido más primario y poderoso, según declaró Jack Sullivan, de Starcom, a Advertising Age. Seguro que eres capaz de evocar un recuerdo o emoción únicamente por el olor. Los científicos indican que el ser humano puede memorizar hasta siete veces más lo que percibe por el olfato, que por la vista. Por ello, el marketing olfativo o aromático, también denominado comoAromarketing oSensory Branding,constituye una vía diferente para comunicar con el cliente, creando una actitud positiva hacia la marca, de un modo sutil, a la par que efectivo:
Disney fue pionero en utilizar esta estrategia de marketing, envolviendo sus parques temáticos de un inconfundible olor a palomitas, lo que provocaba una sensación agradable, además de incentivar el consumo de este apetitoso snack.
Los hoteles ya lo implementan como una técnica para crear exclusividad y diferenciación; apostando por un aroma que transmita bienestar, calidez y confort. Así, cada establecimiento tiene personalidad propia, un aroma característico que le hace especial; generando en el cliente este tipo de sensaciones, las cuales relaciona con la marca; fomentando asimismo su fidelidad.
El sector de la hostelería y los establecimientos relacionados con la comida lo tienen muy fácil a la hora de hacer nacer en los clientes el deseo de probar sus productos. El olor del pan recién horneado, del café molido o del chocolate pueden despertar el apetito y fomentar el consumo de los alimentos. Por su parte, los supermercados pueden jugar con este sentido tan desarrollado, generando distintas sensaciones en cada una de sus secciones. Por ejemplo con un fresco aroma en la sección de ambientadores o productos de limpieza; olor a galletas en el apartado de alimentación, o un delicado perfume en el área de belleza.
Las firmas de moda también han apostado por la creación de un aroma característico para sus tiendas. Con solo pasar por la puerta, tu olfato relaciona su olor con las prendas que en ese establecimiento has comprado. Incluso una vez en casa, ese perfume permanece, en sus bolsas o en la propia ropa, fomentando el recuerdo de la marca.
La clave reside en encontrar una esencia realmente única, que se identifique con la marca y transmita sus valores. Al mismo tiempo, debe ser un perfume sutil, que se perciba ligeramente, sin saturar a los usuarios.
¿Qué aplicación tiene el marketing olfativo en tu negocio? ¿a qué huele tu marca?