Artículo Marketing

¿Marketing y emociones? La clave está en el cerebro

Si se quiere generar emociones, no hay que hablar de ellas sino usar sonidos que las evoquen

Por Redacción - 25 Enero 2016

Uno de los elementos que se está marcando la estrategia de las marcas en los últimos tiempos y uno de los que se ha convertido en clave a la hora de crear una relación entre marcas y consumidores son las emociones. Las emociones generan vínculos mucho más poderosos que otros elementos y son, por tanto, la llave que las compañías están empleando de forma recurrente y notable para conectar con los consumidores. Quieren que el engagement sea lo más elevado posible y quieren que el consumidor se sienta más ligado a su marca de lo que lo está de las marcas de la competencia. Las emociones son un camino directo para ello.

A esto hay que sumar que los propios consumidores son proclives a este tipo de nexos y se sienten mucho más inclinados a conectar con las marcas que intentan establecer este tipo de relaciones. De hecho, los nuevos consumidores esperan que las marcas conecten con ellos a nivel a emocional y son negativos con quienes no lo hacen.

Las compañías tienen que esforzarse mucho más para establecer conexiones emocionales y tienen que hacerlo además en un entorno especialmente competitivo en el que cualquier paso en falso podría ser un error catastrófico. ¿Cómo por tanto lograr conectar con los consumidores? ¿Cómo generar sentimientos, empatía y emociones? La propia actitud de la marca ayuda. Los consumidores son mucho más proclives a establecer vínculos emocionales con aquellas marcas que son cercanas y próximas, que intentan ser transparentes y que sostienen ciertos principios y acciones que con otras. En definitiva, es mucho más fácil sentir emociones por una compañía que está recuperando el trabajo artesanal en el campo que por una petrolera que acaba de provocar una marea negra.

Estos no son los únicos elementos que ayudan a generar emociones y a establecer vínculos con las marcas. Las firmas también emplean el neuromarketing, utilizando diferentes técnicas para generar ciertas respuestas emocionales. Es lo que ha hecho que en los últimos tiempos la nostalgia esté tan de moda (ya que con este tipo de recursos se consigue conectar con el consumidor a un nivel más profundo y hacer que se asocien productos a tiempos más optimistas) o que se emplee el marketing olfativo para generar ciertas sensaciones. Por ejemplo, las tiendas de ropa usan el olor a vainilla para recordar la infancia y hacer que los consumidores se sientan más cómodos y felices (y que compren más).

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