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Por Redacción - 5 Agosto 2013
La reciente llegada del nuevo formato publicitario de Twitter, que permite insertar publicidad relacionada con la programación que los usuarios están viendo en televisión, ha revolucionado la televisión social. Esto supone un impulso para ambos medios, donde la unión hace la fuerza.
En mayo Viacom informaba de que el 72% de los usuarios disfruta comentando con sus amigos u otros fans el programa que están viendo. Maneu recoge que el 95% de la conversación social relacionada con la televisión tiene lugar en Twitter. Su nuevo producto ya registró resultados muy positivos en su fase inicial, demostrando que la combinación entre publicidad en televisión y Twitter registra un mayor impacto que ambos por separado. Michael Fleischman, fundador de Bluefin Labs, la empresa de analítica social adquirida por Twitter, muestra los resultados positivos de esta iniciativa. Según sus declaraciones, el 95% de los usuarios que interactuaron con estos tuits patrocinados registró una mayor tasa de recuerdo, mientras que un 58% demostró una mayor intención de compra, en comparación con aquellos que únicamente recibieron el impacto televisivo.
Por su parte, Facebook no puede presumir de estos logros, aunque sí es cierto que se las ingeniará para conquistar su parte del pastel. Sus datos indican que a diario en torno a los 100 millones de sus usuarios se sientan frente al televisor en horario prime time, solo en Estados Unidos. Lo que supone una gran audiencia que no se puede desperdiciar.
Según cifras de Maneu, el 40% de los usuarios de dispositivos móviles los utilizan frente al televisor para acceder a sus perfiles sociales. Twitter y Facebook son las 2 opciones principales, aunque, como hemos visto, la plataforma de microblogging lleva gran ventaja. Los programas de televisión que transcurren en tiempo real y los reallity son quienes atraen a mayor audiencia, y ofrecen más posibilidades para generar engagement. Una oportunidad única para que las empresas se integren en esta conversación social, y consigan alcanzar notoriedad con su mensaje. Los anunciantes pueden comprobar al momento la repercusión de sus campañas, diseñando acciones dirigidas a obtener una respuesta inmediata. Para ello es necesario un cambio de mentalidad, la televisión ya no es una caja tonta, sino un medio para difundir contenido, cuya respuesta tiene lugar en el medio online.
De otra parte, esta actividad social ayuda a las empresas a optimizas su programación. Todo programa que se precie ansía un trending topic de su hashtag en el horario prime time. Twitter estima que durante el pasado año 32 millones de personas recurrieron a su plataforma para comentar sobre lo que estaban viendo en televisión. La televisión social tiene muchas posibilidades; bien aplicadas, pueden generar feedback positivo y crear acciones publicitarias multipantalla. La monitorización de la conversación social es muy útil a la hora de diseñar el planning de la programación. Los comentarios y sugerencias de los seguidores de un programa pueden ayudar a mejorar el mismo, además, si la audiencia se siente escuchada reaccionará positivamente, aumentando su participación.
A todas luces, la unión entre redes sociales y televisión augura grandes proyectos, que mejorarán la experiencia de los usuarios. De ello depende tanto la calidad de los contenidos, como que cadenas y anunciantes practiquen la escucha activa.
