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El adiós a los famosos o cómo Internet ha cambiado para siempre la figura del influencer

El reinado de los famosos y las celebridades se asentó claramente a lo largo del siglo y se convirtió en un elemento casi incuestionable, hasta que apareció internet y cambió todas las cosas

Por Redacción - 29 Febrero 2016

A finales del siglo XIX, los cigarrillos echaron mano de algunas de las celebridades del momento para mostrar sus bondades y capturar al mercado, al menos en los medios de habla inglesa. Los cigarrillos son ahora uno de los primeros ejemplos a los que se echa mano para mostrar cómo empezó el marketing de influencers, aunque no los únicos elementos que lo emplearon. Cierto, antes que ellos, ya se producían modas y picos de consumo de productos gracias al uso que algunos personajes famosos hacían de ciertos productos, pero al final del siglo esas relaciones eran mucho menos accidentales y mucho más "business". Como ocurre ahora, los famosos eran pagados por usar productos o por decir que los usaban. Mark Twain (que era un autor que funcionaba como fenómeno de masas a finales del XIX) anunció desde plumas estilográficas hasta máquinas de escribir o (muy al hilo de como empezaba este párrafo) tabaco.

Los famosos se convirtieron a lo largo del siglo XX en el elemento clave para vender algo, especialmente a medida que el cine se hizo más y más popular y los protagonistas de las películas dejaron de ser simplemente actores para convertirse en estrellas globales y absolutas, que eran conocidos en todo el mundo y que eran como cada vez más personas aspiraban a ser. Ellos empezaron a cerrar contratos millonarios con las marcas y a convertirse en sus embajadores allá donde iban, convirtiendo el marketing con famosos en un básico. Los personajes conocidos eran los influencers, los elementos que influían decididamente en los consumidores y que les empujaban a comprar, a adoptar ciertas costumbres o estilismos y que modificaban un abanico de cosas cada vez más amplio. Al fin y al cabo, no hay más que ver cómo en los años 20 las actrices de cine y sus estilismos se convirtieron en el espejo en el que se miraban todas las mujeres decididas a ser "mujeres modernas".

El reinado de los famosos y las celebridades se asentó claramente a lo largo del siglo y se convirtió en un elemento casi incuestionable, hasta que apareció internet y cambió todas las cosas. Porque en el siglo XXI, y tras dos siglos de reinado del nombre popular y del ídolo de masas, la influencia ha mutado de dirección y ha cambiado de camino. Lo que es un influencer, o mejor dicho el quién es un influencer, ya no es lo mismo ahora que lo que había sido durante las décadas precedentes.

El comienzo del siglo XXI y la popularización creciente de la red han hecho que se hayan creado unas condiciones completamente diferentes a las que imperaban hace unos años. Puede que en los años 10 del siglo XX solo las grandes estrellas del cine mudo lograsen tener una audiencia global y llegar a cualquier rincón. En los años 10 del siglo XXI cualquiera con una conexión a internet y algo interesante que decir puede conseguirlo. Como recuerdan en un análisis de TapInfluence que analiza cómo ha cambiado el epicentro de la influencia en los últimos años, diferentes herramientas y servicios han ido apareciendo en los últimos años que han modificado las reglas del juego. En 2004, los blogs se convirtieron en algo "mainstream" y en un elemento que cualquiera podía usar. En 2006, empezó el frenesí de las redes sociales (que ha llegado a hoy, cuando todo el mundo, desde el adolescente a la última hasta la abuela que ha hecho un "curso de internet" en el centro sociocultural del barrio, tiene un perfil en alguna red social).

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