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El principal activo de una empresa son sus empleados. Detrás de toda gran marca, hay un equipo humano, que la cuida, la mantiene y la representa allá donde va. Estos valores también se pueden trasladar a la estrategia de Social Media de la marca. Estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta para convertir el capital humano en capital 2.0: El capital humano es un componente diferencial. Cada marca una tiene una personalidad propia, características únicas que la definen y la hacen especial. Estos valores específicos corresponden en parte a los actores que han intervenido a lo largo de su desarrollo. Todos y cada uno de ellos tienen mucho que aportar. Posee un alto valor emocional. Los usuarios demandan contenido de calidad, que les aporte valor, con el que se puedan sentir identificados, de tal modo que genere engagement y fomente la fidelidad. El capital social de la empresa puede contribuir a satisfacer esta necesidad. Los mejores embajadores de la marca son sus propios empleados. Nadie mejor que ellos la conoce, ni puede hablar en su favor y defenderla en cualquier ámbito. Su trayectoria supone contenido de primera mano. Las experiencias vividas, el día a día de la empresa constituyen un rico bagaje cultural; que puede ser aceptado de buen grado por los fieles seguidores de la marca. Por ello, cultiva este potencial propio, intrínseco a la marca: Refuerza el orgullo corporativo. Que tus empleados se sientan afortunados por pertenecer a la organización. Un lugar donde realmente se tiene en cuenta sus opiniones, donde se confiere importancia a su función. Aquí se les trata de igual a igual, como un miembro más de esta gran familia. Implica a los empleados; que tomen parte activa y se sientan importantes. Invítales a participar, a transmitir sus conocimientos, contar sus experiencias y hacer sus recomendaciones. Todos los departamentos tienen algo que aportar. Cada uno desde su función puede generar contenido interesante y muy efectivo para la estrategia de comunicación social. Integra a todos los componentes del equipo humano, hazlos partícipes de este gran proyecto conjunto, seguro que se motivarán y se sentirán implicados, por lo que estarán más motivados y serán más productivos; lo que revertirá a su vez en una satisfacción personal, la cual se transmite en sus acciones. Premia la fidelidad, la entrega y el esfuerzo por el bien común. Todo trabajo bien hecho merece ser reconocido; es un medio efectivo para reforzar la conducta positiva. Recuerda, nunca ha de ser una obligación, sino una actuación voluntaria. Si no se hace por iniciativa propia, el resultado obtenido no es el deseable, y a la larga puede generar problemas internos. Por contra, fomenta el espíritu participativo, refuerza las cualidades de cada miembro del equipo y hazles ver las ventajas de integrarse en este proyecto común. ¿Cómo sacas partido al potencial humano de tu empresa? ¿cuentas con un equipo implicado?
