Opinión Empresas

El papel de las Denominaciones de Origen y las IGP en la estrategia de Marketing Agroalimentario en época de crisis

David Martínez Roig está especializado en estrategia de marketing agroalimentario...

El gran número de pequeños y medianos productores del sector agroalimentario español hace muy difícil que productores de reducido tamaño puedan enfrentarse de forma aislada al oligopolio que conforman las grandes empresas distribución que operan en España o que puedan llegar fácilmente a las tiendas delicatesen / gourmet tanto nacionales como internacionales.

Las Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) y las Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.) juegan un papel fundamental dentro de la estrategia de marketing de las empresas agroalimentarias y ayudan al sector a diferenciar sus productos agroalimentarios del citado oligopolio mediante el apoyo en las estrategias de marketing y comunicación y la delimitación de una zona territorial que dota a los productos de una zona determinada de un valor añadido con la finalidad de proteger la identidad de esos productos de calidad contra prácticas fraudulentas o frente a alimentos de inferior calidad.

Además de cumplir una importante función como instrumentos útiles para el desarrollo rural, la conservación de métodos tradicionales de cultivo y el mantenimiento de la agricultura tradicional, la delimitación de zonas geográficas permite elaborar productos autóctonos y crear productos que claramente se pueden diferenciar en el mercado. Esta estrategia de diferenciación cobra una mayor relevancia en época de crisis dónde la gran distribución se centra básicamente en una estrategia de precios bajos dejando de lado otros elementos que conforman el concepto “calidad” para los consumidores, tales como los modos de cultivo, el uso de pesticidas, la práctica de una agricultura sostenible, etc. Cuándo el consumidor decide comprar unos tomates o unas peras, ha de conocer el valor añadido que significa el que esos productos pertenezcan o no a una D.O.P o I.G.P. (Garantía de proximidad, ahorro energético, valores nutricionales y organolépticos, etc.) y ahí radica la clave del trabajo de dichos organismos.

Otra función importante a destacar por las Denominaciones de Origen es la de convertir sus sellos en un valor para el consumidor como organismo verificador de la seguridad alimentaria y la certificación de unos procesos de elaboración según los estándares establecidos, de modo que todo producto agroalimentario que pertenezca a una Denominación de Origen o Indicación Geográfica aporte un plus de confianza y tranquilidad para el consumidor.

Pese a lo relevante del papel de las D.O.P y las I.G.P, lo cierto es que queda mucho trabajo por hacer. Como muestra, bastan unos datos significativos obtenidos de un estudio realizado por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino:

- El 52,6% del canal HORECA no conoce ningún aceite virgen extra con D.O.

- El 55,1% de los distribuidores no comercializa aceite de oliva virgen extra con D.O.

- El 49,2% del canal HORECA no compra aceite con D.O.

- El 29% de los distribuidores no conoce las ventajas de una D.O. de aceite de oliva.

Sin lugar a dudas, las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas han de planificar minuciosamente sus estrategias de marketing para integrar en las mismas las bondades de sus productos agroalimentarios y promocionar los valores añadidos de los alimentos que portan su sello diferencial y conseguir cambiar y mejorar los porcentajes del estudio anteriormente citado.

David Martínez Roig está especializado en estrategia de marketing agroalimentario...
Más Leídos
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados