
Por Redacción - 7 Febrero 2011
Centrémonos en el contexto histórico actual, por ejemplo, Españaen otro tiempo, ungran potenciacon aspiracionesal pleno empleo y con un crecimiento del 3% provocado por el aprovechamiento… ¿óptimo, eficiente? o lo que es aún más interesante… ¿comprometido con la reputación?...
De aquellas nieves llegan estas hieles y aquí nos encontramos, viviendo el estancamiento de la economía del país y del conjunto de la Unión Europea, salvo las mismas honrosas excepciones que tradicionalmente nos ha dejado la historia.
El sistema financiero perdió su reputación, el modelo productivo está agotado y el consumo no repunta, pero la inflación se dispara por encima de las proyecciones, las medidas necesarias para garantizar el capital que se necesita para cubrir las deudas asumidas han supuesto un deterioro adicional de la sociedad en su conjunto…
Obviamente el concepto calidad del servicio al cliente era sólo una utopía.
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