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Ice Bucket Challenge: ¿Compromiso real o postureo de famosos y marcas?

¿Compromiso real o solo acciones de cara a la galería?
Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Hace unos meses, las redes sociales se empezaron a llenar de vídeos de jóvenes que estaban participando en un reto viral. Había empezado con unos amigos y se convirtió rápidamente en tendencia. Se llamaba O legado do Tibu y consistía en darse un baño de agua fría (ante una cámara) porque si no había que pagar una mariscada a los amigos.

Lo de obligar a alguien a pasarse por agua es, en realidad, la última tendencia en contenidos virales en la red, aunque cómo se utilizan varía bastante según los organizadores que están detrás de la iniciativa. De hecho, lo que hace unos meses no era más que una excusa para reírse de los pobres amigos nominados, se ha convertido de entrada en algo con fines más elevados.

El último reto pasado por agua es el Ice Bucket Challenge y su premisa es que o te arrojas un caldero de agua helada y cubitos de hielo o donas dinero para la investigación de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Detrás del reto está The ALS Association, una asociación no gubernamental que trabaja para la investigación de esta enfermedad. Por el reto han pasado una amplia lista de famosos, desde directivos de las empresas de nuevas tecnologías, como Mark Zuckerberg, Tim Cook o Steve Ballmet, hasta celebrities como Lady Gaga, Tina Fey (que no se ha mojado y ha preferido dar dinero) o Oprah Winfrey.

El último en sumarse a la lista ha sido el Samsung Galaxy S5, el smartphone bandera de Samsung, que se ha autoarrojado un cubo de agua fría y ha nominado a la competencia a hacer lo mismo.

Todos los participantes en el reto están consiguiendo mejorar, al final, su imagen personal. Muchos de los directivos TIC, por ejemplo, han roto con su imagen de personajes estirados o poco cercanos a la realidad con su participación en la iniciativa, pero aunque hayan ayudado a dar más visibilidad a la campaña, la gran pregunta es cuántos han donado realmente. Aunque en la web de la ONG de la que ha nacido el viral todas las noticias sobre recaudación de fondos son muy positivas, en los últimos días sí han aparecido algunos titulares en los medios de comunicación señalando que podría haber más donaciones.

Al fin y al cabo, como recuerda este artículo de Slate, las donaciones no están reñidas con participar en el meme de turno y, en algunos casos, hay incluso quienes están gastando más dinero en hacer el reto que en lo que supone su colaboración (y quizás la que han realizado en toda su vida) en la lucha para la investigación de las enfermedades crónicas.

No es que algunos de los participantes en el reto no se puedan permitir hacer una donación millonaria al tiempo que se lanzan por encima agua con cubitos. Samsung, por ejemplo, la compañía que ha conseguido darle el giro más polémico al viral, invierte al año 525.7 millones de dólares en campañas de RSC (y aquí entra todo lo que entiendan por RSC) mientras que su gasto mundial en publicidad anual es de 11.300 millones de dólares. Y en la lista de los que se han sumado al reto están muchas de las fortunas que habitualmente copan las listas de Forbes de los más ricos del mundo.

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...
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