Por Redacción - 6 Octubre 2015
La revolución del ecommerce supone que ahora podemos comprar lo que queremos cuándo y desde dónde queremos. Atrás quedaron las colas, los paseos de establecimiento en establecimiento, los largos desplazamientos para descubrir al llegar que no había justo lo que querías: el ir de tiendas ha pasado de ser una actividad física a un hábito sedentario más cuando optamos por la compra online.
La tendencia ya tiene hasta un nombre propio: el e-sofing, y consiste en hacer shopping desde el sofá de casa, algo a lo que contribuyen ordenadores portátiles y tabletas. Los estudios determinan que no ha parado de crecer en los últimos años, y desde el 2010 hasta ahora, el incremento ha sido de un 52%. Y es que 2 de cada 3 compradores online, lo hace desde el sofá de casa. Para los consumidores con edades comprendidas entre los 35 y 54 años, comprar online es una experiencia mucho más satisfactoria que el ir de compras, algo que se exacerba entre los hombres.
Además, a medida que se populariza el m-commerce a través del smartphone, los lugares de compra se vuelven mucho más variados: y es que la ventaja del teléfono es que al ser un dispositivo pequeño y que siempre está con nosotros, vayamos a donde vayamos (a diferencia del ordenador), su uso para las compras ha multiplicado los puntos de acceso, y algunos son realmente sorprendentes.
Así lo descubrimos en un informe de Mastercard que deja a las claras que cada vez somos más vagos: si la mayoría de las veces que usamos el ordenador, o incluso la tablet, para comprar, lo hacemos desde el sofá; cuando hablamos del teléfono muchos deciden comprar directamente tumbados en la cama. Así, el 37% de los consumidores americano ha hecho alguna compra mientras estaba en la cama, por encima de otros sitios como el trabajo (26% de los encuestados) o el cuarto de baño (24%).
Todavía más extraño resulta el 15% de los que deciden comprar algo en medio de un restaurante (confiamos en que, al menos, estén solos y no en una comida familiar), el 4% que ha comprado desde la ducha, otro tanto que ha adquirido algo en medio de una boda o el 2% que lo ha hecho en un funeral (aunque hay que aclarar que en la encuesta se preguntaba directamente cuál era el sitio más raro desde el cuál se había comprado online).
Las razones por las que optamos por el ecommerce
Cuando hablamos de que la pereza y el sedentarismo se ha instalado entre los compradores, no lo decimos solo porque el sofá y la cama parezcan ser los sitios estrella para comprar online, sino también porque un 42% de los encuestados americanos, y un 35% de los canadienses dice que la principal razón por la que compran online es para no tener que salir de casa.
El porcentaje está por debajo, eso sí, del 59% que afirma que compran online o vía móvil porque es más fácil comparar precios o el 52% que lo hace porque es fácil hacer el pedido, guardar el listado de productos o pagar.
La sensación de inseguridad es lo que menos gusta de la compra online
El informe también pone de manifiesto cuales son los temores que echan atrás a los consumidores a la hora de comprar a través de Internet. La mitad de los encuestados no compra online porque piensa que no es seguro, porcentaje que aumenta hasta el 60% en el caso del móvil. Además, un 49% de los consumidores se siente incómodo compartiendo información de pago y a un 33% le molesta tener que meter dicha información una y otra vez en cada web.
Además, los hombres son más proclives a desconfiar del pago online, así como los grupos de más edad (entre los mayores de 65 años, el 66% piensa que comprar a través de Internet no es seguro).