
Qué, cómo y cuándo compramos por impulso
Nos gusta pensar que sabemos lo que queremos y que, cuando acudimos al supermercado, solo compramos aquello que necesitamos. Pero basta hacer examen de conciencia mientras la cajera va pasando los productos para darse cuenta de que nosotros también caemos en la trampa: sí, hemos cogido esa chocolatina que nos atraía con sus cantos de sirena mientras hacíamos la cola para pagar y no, no es algo que necesitemos en absoluto porque la despensa ya está llena de dulces.
Es lo que se conoce como una "compra de impulso": un artículo que no habíamos previsto adquirir, pero que nos coge de camino y nos resulta apetecible en ese mismo momento. Los más habituales son aquellos que encienden la gula y que resultan lo suficientemente baratos como para que no nos sintamos culpables al comprarlos: snacks, chocolatinas, chicles, frutos secos...
Puede parecer una industria minoritaria, pero lo cierto es que este tipo de compras por impulso mueven bastante dinero, y cada vez más. Según datos de Nielsen, publicados por El Mundo, en 2015 este pequeño ecosistema facturó cerca de 2.500 millones de euros en nuestro país, un 1,1% más que el año anterior. Este mercado se comienza, pues, a recuperar tras años de estancamiento, en el que los españoles se medían más a la hora de realizar gastos superfluos.
¿Y cuáles son los productos que más han contribuido a ese crecimiento?
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

