Por Redacción - 9 Octubre 2017
Cuando los millennials se convirtieron en lo que a todos los directivos interesaba porque era el nicho de mercado por conquistar, los analistas empezaron la complicada carrera por intentar entenderlos. Ahora que los miembros de la Generación Z, los adolescentes, han irrumpido en el mercado también los analistas vuelven a tener que estrujarse la cabeza para comprenderlos a ellos también.
Los expertos ya señalan que hay que olvidar todo lo que se cree que se sabe para estudiar bien a estos consumidores. Se podría caer en la trampa de pensar que los Z son simplemente millennials más jóvenes, cuando lo cierto es que entre unos y otros hay ciertas diferencias. Los Z están creandol sus propios hábitos de consumo.
Los adolescentes - y de forma bastante sorprendente - prefieren ir a las tiendas. Eso es lo que acaba de desvelar un estudio de PriceWaterhouse Coopers (PwC). Cierto es que el estudio se ha centrado en cómo les gusta comprar de cara a la campaña de Navidad, lo que quizás pueda tener un cierto impacto entre el preferir un entorno o bien otro en lo que a espacios de compra y decisiones se refiere.
Para el estudio, todos los consumidores entre 13 y 21 años son considerados miembros de la Generación Z (los de 13 a 16 son la parte joven del grupo demográfico). Los datos señalan que, aunque existe una cierta fractura dentro de la propia generación entre los más jóvenes de la misma y los de más edad, hay una cierta preferencia por lo físico frente a lo digital.
Así, entre la parte más joven de la generación, un 81% señala que prefiere comprar en tiendas físicas y un 40% de todos estos consumidores reconoce que solo comprará en ellas durante la campaña. Los miembros de más edad del grupo aseguran que dividirán sus compras.
Por qué les gustan las tiendas
¿Por qué los adolescentes aman las tiendas? Tiene mucho que ver con lo que aportan a mayores. Para los Z, las tiendas ofrecen "experiencias divertidas" y cosas en directo, lo que las hace especiales y lo que hace que sean algo más que simplemente comprar.
La clave está por tanto en la experiencia: a los Z les gustan porque ofrecen experiencias únicas y diferentes.
Lo interesante es que, a pesar de que los miembros de la Generación Z son considerados de forma bastante recurrente como una extensión de los millennials, en este punto chocan con sus hábitos y hasta con aquellas cosas que los millennials están hundiendo. Los centros comerciales, por ejemplo, están sufriendo el no ser del gusto de los millennials, lo que les ha llevado a una profunda crisis. Sin embargo, para los adolescentes - al menos para los más jóvenes - los centros comerciales no son nada a desechar. De hecho, le gustan mucho más que otro tipo de espacios de comercio. A medida que los centros comerciales añaden más capas de ocio los adolescentes están más convencidos de su potencial.
El retail debe ver los datos con pinzas
Pero, como recuerdan en Business Insider, las tiendas no deberían tomar estos datos como la gran panacea que solucionará sus grandes problemas, ya que la propia condición de adolescentes de los Z tiene un impacto extra que puede explicar por qué prefieren las tiendas.
Al fin y al cabo, no tienen tarjeta de crédito, necesaria para pagar en la red, y están todavía en una etapa de su vida en la que sus hábitos de consumo y de ocio dependen mucho de criterios que ya no se aplican a los millennials (como por ejemplo que tus padres te lleven a ese sitio o poder tener cosas por precios concretos). Lo que el retail debe prevenir es el que, cuando los Z lleguen a la edad de los millennials, no se les escapen.