
Por Redacción - 15 Octubre 2013
Aunque parezca sorprendente, segúnlas conclusiones de un estudio de la Universidad alemana de Colonia, comer palomitas reduce el impacto de la publicidad en los cines.
Hasta ahora sólo sabíamos que hay algunos amantes de las salas de cine para los que el ruido de los espectadores masticando las palomitas puede resultar casi tan molesto como que suene un móvil a mitad de película. Pero puede tener otros efectos insospechados. Un reciente estudio del Journal of Consumer Psychology que comer palomitas en el cine vuelve al espectador en cierta medida inmune a los anuncios y reduce su efectividad.
Se han dado razones científicas para hacer la afirmación: cuando oímos por primera vez el nombre de una marca, nuestros labios y nuestra lengua tienden instintivamente a simular su pronunciación. Cuando la volvemos a escuchar, volvemos a pronunciarla y eso facilita que la recordemos. Al parecer, esa inercia se pierde si estamos masticando.
El estudio, llamado "Palomitas en el cine: las interferencias orales sabotean los efectos de la publicidad", hizo el experimento con 96 personas. A la mitad le dieron palomitas, a la otra mitad un azucarillo que se disolvía rápidamente en la boca. Los anuncios que se proyectaron antes de la película no causaron ningún impacto en aquellos que habían comido palomitas. Y al contrario, aquellos que comieron el simple azucarillo mostraron cierto recuerdo de las marcas anunciadas.
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