
Por qué según la neurociencia funcionan los anuncios de la Navidad
Por Redacción - 9 Diciembre 2015
La Navidad es uno de los momentos más importantes del año para las marcas y uno de los que tienen un impacto más elevado en sus resultados. Es cuando más se vende y cuando los consumidores más compran, ya que las propias características del período así lo propician. No se trata solo de que los consumidores gasten más en sí mismos y en sus propias necesidades, sino que además ahora están mucho más volcados en comprar en los demás. El espíritu de la Navidad es, al final, el espíritu de los paquetes debajo del árbol y, por tanto, el momento en el que no hay que cuestionarse mucho lo que se hace con la cartera. Las tarjetas de crédito, por usar una de esas figuras que se repiten de forma recurrente durante el período, echan humo.
Pero no solo se consume mucho en Navidad y por tanto las marcas hacen (mucha) caja. Las compañías también gastan mucho en Navidad. Invierten en crear un packaging navideño que llame la atención de los consumidores, en decorar de forma notable sus tiendas, en contar con reclamos y más reclamos que atraigan a los consumidores? Y, sobre todo, la Navidad es el paraíso de la publicidad. De hecho, se puede saber cuándo empieza la campaña cuando empiezan los anuncios navideños. Las marcas crean historias conmovedoras, los grandes clásicos llenan la pantalla de la televisión y las colonias y los perfumes se anuncian de una forma más masiva que nunca.
No todos los anuncios son igual de efectivos que otros: como ocurre durante todo el año, las campañas navideñas tienen que trabajar también para ser más eficientes y para llegar al corazón de los consumidores. Cada año, hay un anuncio navideño que se viraliza y que todo el mundo ve, comparte y ama. No todos los anuncios consiguen crear atmósfera navideña y no todos los anuncios logran conmover a los consumidores.
La cuestión de las emociones parece la que funciona como elemento clave en la publicidad de la Navidad. El secreto parece, al menos tras echar un vistazo a los anuncios que se han ido compartiendo ya para estas fechas, en hacer llorar a los espectadores. Los anuncios de la Navidad tienen que establecer una conexión emocional con el consumidor y tienen que convertirse en un elemento que conmueve, que llega al corazón. Al fin y al cabo, la conexión emocional es uno de los elementos que viralizan los contenidos en internet y uno de los que ha funcionado desde siempre en la publicidad navideña. Ya el anuncio de los turrones El Almendro jugaba con la idea hace años, cuando conmovía a los espectadores con esas historias de personas que estaban lejos y que no llegaban hasta la Navidad.
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