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Por Redacción - 19 Abril 2009
En momentos de crisis e incertidumbre económica es habitual la puesta en marcha de nuevas fórmulas e ideas para captar y fidelizar nuevos clientes. En un momento delicado donde la publicidad tradicional se enfrenta a unos de sus peores momentos llaman la atención propuestas alternativas que podrían servir como precedentes y hasta convertirse en soluciones prácticas y pioneras.
Una de ellas es la puesta en macha por Tom Farber, profesor de un instituto de secundaria de Estados Unidos en San Diego, quién tras comprobar su falta de recursos económicos y el recorte de presupuestos para sus actividades escolares decidió experimentar con la inserción de anuncios publicitarios ensus propiosexámenes.
Losanunciosque sesituaban en la parte final inferior de cada una de las páginas de estos examenes, mostraban de forma destacada la direcciónde la web del anunciantecon un eslogan o claim publicitario.
"El presupuesto de mi escuela era de 300 dólares para impresiones, y yo, con 165 alumnos, necesitaba unos 500, así que decidí introducir los anuncios porque no me sentía cómodo pidiendo más dinero a empresas, quería dar algo a cambio y así lo hice en octubre", explicaba el propio Farber a el diarioEL PAÍS.
A pesar de que esta fórmula a servido para solventar la falta de recursos económicos, no ha tardado en generarse el debate y la polémica entorno a esta prácticay sobre el hecho de que los jóvenes reciban impactos publicitarios en sus exámenes. Más allá de todo ello, podría ponerse en duda si realmente este tipo de estrategias pudiera considerarse legal, ético o incluso intrusivo a pesar de su buena finalidad y si su verdadera efectividad como soporte publicitario.
Esta vez al menos ha servido como referente para llamar la suficiente atención mediática.
