Las marcas necesitan contarhistorias. La llegada del nuevo algoritmo de Google dejó tambaleándose a muchas de las grandes marcas con presencia en la red que habían consolidado cifras de tráfico y conversión envidiables. Esta modificación del algoritmo se produjo no sólo como consecuencia del descenso continuado de la calidad de los contenidos en Internet, sino y principalmente, como puerta de entrada hacia nuevas ideas, nuevos emprendimientos y nuevos expertos que elevaran el nivel de un entramado en el surgen, de forma ininterrumpida, nuevos emprendimientos.
Dejar de confundir conceptos es el primer paso para lograr el éxito con una estrategia de marketing de contenidos en el contexto actual donde; viralidad, dinamismo, ubicuidad y tiempo real, minimizan las posibilidades de revertir un “error”.
Impacto: que hablen de la marca
Este es uno de los primeros conceptos que muchas marcas tienen aún confusos. Existe una diferencia clara entre iniciar polémica con el único objetivo de mermar una influencia con la que no se puede luchar y poner en marcha una estrategia de marketing de contenidos que cuente con una historia propia y que provoque el impacto y por lo tanto la viralidad ( aunque sea asociada al escándalo y la trasgresión, como es habitual) .
Conviene recordar a las marcas que deben buscar su propia historia y para ello, es necesario tener presente que la calidad de los contenidos está íntimamente relacionada con las habilidades para humanizar a través de los mismos.
Los consumidores actuales no están ávidos de críticas contra la competencia, sino de emociones que les permitan recuperar el confort que aporta la credibilidad y la confianza.
Está muy bien criticar a la competencia cuando la calidad no es adecuada, cuando no actúa con ética o cuando demuestra una falta clara de innovación en sus acciones, sin embargo, una buena estrategia de marketing de contenidos es aquella en la que el un punto de vista innovador, surge tras el desarrollo de una historia.
Contenidos y público objetivo
Generalmente, las marcas que optan por la noticia inmediata con un ligero matiz a fin de no ser considerado contenido duplicado en combinación con la crítica permanente de la competencia, están dejando de lado una variable indispensable para lograr el éxito con una estrategia de marketing de contenidos; el público objetivo.
Aplicar la psicología, el coaching la antropología la historia al marketing actual, es el camino más eficiente para lograr la comprensión de nuestros clientes potenciales. Es importante tener presente que las marcas tienen la responsabilidad de formar (ininterrumpidamente) a sus clientes, por lo que cuanto más humana sea la historia, más impacto provocará en los lectores. La pasión con la que se cuente la historia, aumenta las posibilidades de desatar emociones.
No a los “refritos”. Apostar por la calidad einnovación
Otro de los conceptos con frecuencia confusos para las marcas. La clave está en entregar calidad y siempre única. Si bien es cierto que los temas de interés pueden ser comunes para un mercado o industria, las marcas que logran la fidelidad de sus clientes lo hacen porque son capaces de aportar innovación a través de sus contenidos, un punto de vista único y nuevas opciones derivadas de estos.
De todo un poco y sin abusar
La clave para lograr una “historia” que constituya el eje central de una estrategia de marketing de contenidos, la encontramos hoy al mirar al mundo, los cambios derivados del nuevo orden social, los intereses y necesidades de nuestro público objetivo.
A todos nos gusta que nos regalen cosas, nos hagan descuentos y nos permitan participar en sorteos, sin embargo, las emociones deben ser capaces de sustentarse en el tiempo. El vínculo emocional de los consumidores no es sustentable sino siendo capaces de crear calidad, en paralelo con la interacción social.
Perder el miedo a innovar, es el factor clave
Las historias son indispensables porque aportan “novedad” es fácil identificar el valor agregado que existe en una estrategia de marketing de contenidos en cualquier formato, cuando la historia que se cuenta es única y derivada de la “humanización”.
Perder el miedo a ser humanos, accesibles y cuestionables, sigue siendo el gran obstáculo de la innovación para las marcas. Las crisis se producen por errores asociados a la ética y los compromisos, no por la trasgresión que pueda suponer abordar una temática desde una perspectiva totalmente innovadora. ¡Esa es la clave del éxito! Y sin duda, es mucho más eficiente – y así lo confirmarán las métricas- que criticar lo que no podemos superar… ¡Eso no es nada nuevo!