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Siempre me ha sorprendido, cuando se hace uso de las formas y características del llamado marketing convencional, sobre el marketing digital. Se me ocurre ciento y una cosas para confirmar, que si bien tienen mucho en particular, la idiosincrasia del canal y por supuesto, sus variadas plataformas, le otorgan particularidades, que no podemos obviar. Una de ellas es especialmente el tiempo.
Podríamos centrarnos en la importancia del mismo para una web, cuando el tiempo es una variable muy valiosa para su posicionamiento, o en un e-commerce, cuando el tiempo es sin duda, imprescindible para dar una buena experiencia en la navegación al usuario, y por efecto de la misma, mejorar sustancialmente el porcentaje de conversión. Pero el tiempo afecta en la red a todo, incluso a este artículo, curioso, pero si habéis llegado hasta aquí, es que por lo menos, conseguí captar vuestra atención, mucho más del tiempo que se precisa o es necesario, para captar un posible cliente a lo largo y ancho de la red.
Tan importante es el tiempo en la red, que un usuario puede ver un anuncio, y un solo instante después, estar realizando una transacción sobre una plataforma e-commerce, o informándose sobre un servicio.
No hay canal que plantee una experiencia similar. Pero tampoco tan particular, con las medidas del tiempo.
Cuando fuera es menos y dentro es más
Particularmente soy un convencido de los rasgos propios del marketing online. De hecho, la captación de un usuario que encendió su ordenador, sin intención de aterrizar en nuestra web, debe ser particularmente rápida. Sí, es cierto, estoy pensando en una acción muy particular, y de hecho es la idea que sugirió este texto, el anuncio tipo, de display.
Y es que, trasladar un spot de televisión, o un video tedioso nunca será en la red, el mejor reclamo. Debemos de mostrarnos más hábiles, primero porque aplicar las mismas formas puede denotar desidia, y una gran marca nunca debe permitirse esto. Por otra parte, y no es mucho mejor que la desidia, muestra una falta de estudio del canal, y del comportamiento del usuario en el mismo por parte de las empresas.
Una buena opción, podría ser algo tan sencillo, como el uso de una imagen animada, de peso mucho más reducido, vemos ampliadas sus posibilidades de visualización, bien porque aquella frente a esta, necesite mayor ancho de banda, bien por problemas de petición al servidor, o por falta de plugins en el navegador.
¿Cuántas veces hemos hecho scroll buscando un contenido conocido, o vuelto atrás, mientras el anuncio continuaba cargando?
Sólo dos imágenes, una que capte nuestra atención, y otra que nos ofrezca un valor de empresa, pueden ser lenguaje más que suficiente para atrapar la atención de nuestro público.
Sin embargo, cuando el usuario web aterrice en nuestra web, y es aquí donde radica, la gracia del tiempo de la red, es cuando será oportuno, que pueda entretenerse el tiempo suficiente, para conocer el producto, y como no, la empresa. Además, es sin duda, aquí, donde podremos poner en liza todas nuestras herramientas de persuabilidad, para conseguir nuestro objetivo.
Y es que, si bien tenemos identificada la necesidad y por supuesto nuestro público, no podemos dejarnos engañar por el canal. La red, es mucho más, que un medio audiovisual.
