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Está empezando, pero es un comienzo que no tiene fin. Cada día se extiende más rápido y amenaza con seguir llevándose a más sectores y empresas que no lo sepan ver. La aparición de Internet y del ZMOT supuso la aparición de un nuevo consumidor y marcó un antes y un después en las relaciones entre las marcas y consumidores. Como decía Charles Darwin, "las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio". En Internet ocurre lo mismo. Dentro de poco, tus clientes no distinguirán entre mundo online y offline. Habrá una nueva generación de usuarios que vive y se desarrolla en el entorno digital y lo trasladará al mundo offline (y se exponenciará con "el Internet de las Cosas"). Ojalá no tengas que cerrar tu negocio y decir que no supiste adaptarte a cómo el cliente quería consumir e interactuar. El Síndrome de la Rana Hervida o la Teoría de las Ventanas Rotas ha sucedido y seguirá manifestándose. Cuanto más tardes en verlo, más te costará reaccionar o quizás se haga demasiado tarde. Vivimos en una nueva era (Juan Carlos Cubeiro la llama "Talentismo"), donde se necesita un nuevo talento que ayude a salir de los nuevos retos que se avecinan. Los rápidos se comerán a los lentos, porque ofrecerán también mejores experiencias a los consumidores. Perfectamente, puede aparecer una empresa más ágil, con profesionales dispuestos a tener la mente abierta y que empiecen un proceso de disrupción que te deje fuera de juego. La calidad y la eficiencia ya no bastan para triunfar. Se necesita algo más. Una adecuada presencia en Internet adaptada a las necesidades de cada uno. Los sectores del turismo, enciclopedias, prensa, música, televisión, etc, lo ignoraron en cierto modo y ya lo vivieron drásticamente. La innovación disruptiva es el nuevo estándar en estos nuevos tiempos. Vivimos en el cambio. Somos parte del cambio. Entiendo que hay "mucho vértigo digital" al respecto. Miedo a lo desconocido, a exponernos, a meter la pata, a no estar a la altura, al qué dirán y, por tanto, a poder perder ingresos. Un miedo que paraliza a muchos y les lleva a no hacer nada. Pero ése no es el camino. Cuesta seguir el ritmo, pero el primer paso es asumir el cambio y el siguiente es ponerse manos a la obra diseñando una estrategia online. Quizás para negocios muy pequeños y locales no sea tan necesaria hoy en día una presencia online, pero se pueden perder muchas oportunidades. Sino mira el caso de "Casa Ana?", un pequeño comercio jienense que estaba perdiendo oportunidades y, con un cambio de mentalidad, ha conseguido doblar sus ventas en bocadillos al recibir sus encargos a través de WhatsApp. En el futuro, creo que afectará a todo tipo de negocios. Si no te lo crees, imagínate lo que podría suceder cuando el entorno esté más evolucionado y presente más herramientas, esté más interconectada, haya más acceso mundial a Internet, etc. Nos espera una vida llena de retos continuos. ¿No es apasionante? A veces, lo fácil puede llegar a ser aburrido.
