Continua Leyendo...
Por Redacción - 16 Mayo 2013
Lo quieras o no, el contenido es el rey. Una frase que no se pasa de moda, ni cae en desuso. Se trata de una realidad, y las empresas saben que tienen que apostar por él. Destaca el hecho de que incluso las más pequeñas lo tengan más claro.
Según el último Benchmarks, Budget and Trends, publicado por el CMI y patrocinado por Outbrain, las pymes son quienes más recursos destinan al marketing de contenidos, destinando el 31% de su presupuesto, frente al 24% de las grandes. Una tendencia que aumentará este año.
El contenido se perfila como la moneda de cambio, ese valor que los usuarios necesitan para acercarse a su audiencia. Lejos de las promociones y acciones de autobombo, los usuarios reaccionan mejor frente a el que ante a otro tipo de propuestas. Si tu contenido aporta valor, ellos sabrán compensártelo.
El contenido tiene una doble aplicación para los usuarios:
De un lado te posiciona como referente, genera confianza y credibilidad. Atrae a la audiencia y fomenta su fidelidad. Si eres capaz de transmitir tu know how en forma de perlas de sabiduría y piezas de contenido útil, conseguirás hacerte un hueco en la mente de tu público objetivo y que recurran a ti.
De otro, genera conversaciones. Si tu contenido es realmente bueno, incitará a los usuarios compartir, a comentarlo con sus amigos y a interactuar con él. Los 1.100 millones de usuarios de Facebook o los 288 de Twitter demandan activamente contenido, es una actividad que ya forma parte de su rutina diaria. Buscan, leen, comparten y recomiendan; trabaja para formar parte de esta actividad social.
Y es imprescindible para el SEO.Es el principal activo para Google. Toda empresa que quiera estar bien posicionada tiene que aportar continuamente contenido fresco y de calidad. Es el componente que más valora el buscador, en su afán por ofrecer siempre información útil y de calidad para los usuarios que a diario se acercan a él en busca de una respuesta a sus necesidades. Por tanto, se hace imprescindible contar con una estrategia de contenidos efectiva, que atienda a unos objetivos previamente establecidos, y que haga una firme apuesta por la calidad y diferenciación.
