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A estas alturas no existirá ser humano en la tierra que no haya resoplado medio enojado ante la impaciencia de tener que aguantar una y otra vez los mismos anuncios publicitarios de los videos online. Es evidente que el aumento del consumo de este tipo de contenidos ha convertido este soporte en el nuevo campo de batalla de marcas y anuncios. Sin embargo, una vez más, la fórmula que parece presentarse como un santo grial tanto para marcas y anuncios, se está convirtiendo en una nueva odisea para los usuarios.
De nuevos los fantasmas del pasado acechan sobre lo que muchos consideran la nueva panacea de la publicidad online. Más publicidad, más interactividad, mayor penetración, audiencia segmentada, etc, etc, etc. Pero de tomar en cuenta la opinión y reacciones de las audiencias, nada de nada.
Casualmente, en nuestro país, elTribunal Supremo ha avalado el Reglamento de desarrollo de la Ley General Audiovisual que restringe a un máximo de 12 minutos "por hora de reloj" la emisión de contenidos publicitarios en televisión, desestimando también el recurso contra el límite de los 5 minutos de autopromoción.Esta norma había sido recurrida por Mediaset España, al considerarla demasiado restrictiva.
Recientemente, un estudio de comScore nos revelaba en este sentido, que cerca de la cuarta parte de un programa de televisión podía llegar a estar dedicado a la publicidad, mientras que en lo que se refiere a los anuncios en videos online, el porcentaje podría situarse como media en el 2,6% del total en el caso de los videos de larga duración. Si somos de los que nos gustan los videos cortos, la odisea de lidiar con su publicidad puede llegar a enojarnos de verdad. La cuestión planteada sería ¿Cuántos anuncios estamos dispuestos a tolerar?
Tras los resultados de varios estudios en relación a este tipo de anuncios, los datosrevelaron que los usuarios tolerarían entre 1,87 y 2,16 vídeo anuncios, antes o durante el contenido. Sin embargo, los datos pueden llegar a engañarnos puesto que estos se refieren al consumo de contenidos esporádicos o puntuales, y no al visionado de diferentes videos o contenidos alternos como suele ser habitual en los usuarios de sitios como Youtube, donde en un margen de tiempo de una hora, entre vídeo y vídeo, podemos ser testigos de un auténtico recital de publicidad. Sí, de esa publicidad intrusiva que no termina de molestar y que en ocasiones no podemos ni ignorar.Tal extrema es la situación, que ya podemos encontrar medios y plataformas que ni siquiera admiten volver a visionar el propio vídeo sin tener por ello que volver a tragarnos el mismo anuncio una vez más.
No es de extrañar por ello escuchar exclamaciones como aquella de ¡Hasta los cojones de los putos anuncios en videos! que tanto dieron que hablar, pero que nos descubren el escenario de esta realidad que muchos intentan ocultar o de la que pocos se atraven a hablar. El marketing en vídeo es un arma poderosa, sí, pero la industria se aprovecha de la ignorancia y de la habitual tendencia a confundir el marketing con la publicidad. Si el marketing en vídeos es el nuevo baluarte de las marcas, nos venden la moto y nos meten en el mismo paquete la publicidad.
Ya lo abordábamos recientemente sin tapujos. "Aunque sean pocos los osados de decirlo en voz alta y clara, la industria nos intenta convencer de que los anuncios en videos son la nueva panacea de la publicidad online, pero lo cierto es que también odiamos los anuncios en videos por que se entrometen en nuestra experiencia de forma cada vez más intrusiva y molesta sin olvidar que también son una causa capaz de despertar y generar emociones muy negativas hacia las marcas y empresas publicitadas."
La explicación puede ser lógica. El negocio de la publicidad tradicional televisiva parece mermar y tener los días contados. Primero, porque ante el panorama socio-económico actual, supone un sobreesfuerzo para las marcas y anunciantes en una publicidad altamente costosa y obsoleta que ya nadie quiere mirar. Segundo, porque la tendencia del consumo de las audiencias se mueve hacia los contenidos bajo demanda y online. Sin embargo, son las propias agencias de medios y productoras las que se niegan a ver derrumbarse su castillo de naipes para seguir vendiendo publicidad a toda costa. Lo cierto es, que la publicidad en vídeos online como todo modelo de publicidad intrusiva, puede que termine también fracasando.
Casualmente, empresas como Apple lo tienen claro en este sentido y son conscientes de la percepción negativa de los usuarios. La decisión de que la compañía podría incluir en su Apple Tv, una tecnología para eliminar la publicidad, podría dar paso al nuevo modelo de negocio del futuro audiovisual. Las cadenas de televisión, a cambio, serían compensadas por los anuncios no vistos.La idea es que los usuarios pagarían un plus por tener una cuenta premium y poder saltarse los anuncios. Aun así, muchos serán los que seguirán prefiriendo el modelo gratuito aunque para ello deban seguir aguantando la publicidad. Sin embargo, no nos engañemos, que exista tal publicidad, tampoco implica que esta deba terminar siendo efectiva. Las percepciones negativas pueden terminar generando mayor rechazo e incluso conseguir enojar a las audiencias, despertando con ello sentimientos y emociones al límite de la frustración y el odio hacia las marcas cuyos anuncios vemos una y otra vez repetirse.
