El concepto de retargeting lo hemos oído hoy en día en infinidad de ocasiones, generalmente pronunciado por responsables de marketing, gestores de campañas publicitarias y en definitiva, por cualquier otro responsable que tenga que aumentar el CRT, así como, el número de conversiones en la venta de un producto o servicio determinado.
Son muchas personas que lo asocian en paralelo al inicio del marketing online, pero podemos encontrar las primeras apariciones de dicho concepto en la visión del marketing tradicional cuando una campaña que anteriormente había fracasado volvía a ponerse de cara al público y en la calle con pequeños cambios en las variables (precio, calidad, características del bien, etc?) que afectaban en la decisión final de compra.
El retargeting (ahora llamado remarketing por la gigante Google) consiste en una técnica de marketing que se desarrolla con la implantación de un código de seguimiento obtenido en la plataforma donde se desarrolla la campaña publicitaria (comúnmente Facebook ADS o Google Adwords) a la página web con la finalidad de finalizar aquellos procesos de compra que quedaron estancados por cualquier motivo.
En base a esta definición, podemos observar que esta estrategia cuenta con una serie de ventajas que las empresas no deben pasar por alto:
Las empresas, especialmente la pequeña y mediana empresa, prefieren destinar su partida presupuestaria de marketing en otros canales tales como las redes sociales, email marketing y marketing de contenidos según los últimos estudios que se han publicado.
Las empresas que decidan destinar parte de su presupuesto de marketing en este tipo de estrategia son aquellas que deben de encontrarse en sectores caracterizados por:
Algunos sectores tales como: ofertas de vuelos, alquiler de coches, alojamientos turísticos, venta de ropa... son los que más acometen esfuerzos en SEM y en condicionar al consumidor en el proceso de compra mediante esta efectiva estrategia.
En conclusión, es un error bastante frecuente considerar que el retargeting sólo deba desarrollarse por empresas que manejen altos presupuestos y en definitiva, dejar de lado el posicionamiento de pago apostando sólo por el posicionamiento natural más si estamos persiguiendo rentabilidad a corto plazo con la venta de nuestros productos y servicios.