Los comentarios y las opiniones son uno de los elementos determinantes para las marcas y las empresas en la era de internet. Los consumidores quieren opinar y las compañías no tienen más remedio que permitirles que lo hagan. Las tiendas, las páginas y los demás escenarios en los que las empresas y sus productos están presentes se han convertido en un espacio en el que hablar y señalar qué se piensa del producto en cuestión.

Para los demás consumidores, los comentarios son un elemento para encontrar información y decidir a partir de ello si comprar o no el producto. Para las compañías, son un elemento que impacta en su imagen pública y en la percepción que los consumidores tienen de ello. Pero lo cierto es que los comentarios presentan una realidad mucho más compleja y permiten acceder a muchos más datos que simplemente un listado de opiniones, como recuerdan en un análisis de Crimson Hexagon.

De entrada, para comprender las opiniones y lo que dicen sobre la empresa, la marca o el producto en cuestión que representan hay que tener en cuenta varios elementos. De entrada, las opiniones no son tan sinceras como podríamos pensar, ya que nos dejamos arrastrar a la hora de opinar por lo que nos rodea. Es lo que los analistas llaman el sesgo de la influencia social, lo que hace que lo que creemos sobre las cosas esté marcado por lo que hacen los demás.

Este sesgo suele tirar al alza las opiniones y es lo que hace que lo más habitual es que haya más opiniones de 4 o 5 estrellas de que de 2 o de 3. Si hay ya opiniones positivas esperando al comentarista, lo más probable es que este vote al alza.

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