Por Redacción - 19 Febrero 2019
Durante años, el éxito en internet se ha medido el clics. Un medio era un caso de éxito cuando acumulaba páginas y más páginas vistas. Una publicidad estaba llegando al consumidor cuando estos hacían clic en el banner en cuestión. Y así sucesivamente.
El clic era el paradigma de que se estaban haciendo bien las cosas y lo que las empresas estaban dispuestas a pagar, aunque en realidad fuese un elemento cuestionable como medidor de éxito o de respuesta y aunque hubiese creado un ambiente enrarecido en el mundo de internet (no hay más que pensar en los efectos del clickbait).
Las críticas contra algunas prácticas que hacían que el clic fuese inevitable, desde los anuncios que eran imposibles de no clicar hasta los contenidos que obligaban a hacer nuevas cargas dentro de la web para poder seguir leyéndolos, han ido aumentando en los últimos años. Por supuesto, también han ido apareciendo voces cada vez más críticas a la hora de apuntar al clic como medidor de éxito.
El último golpe contra los clics y su dictadura viene de un estudio del Reuters Institute for the Study of Journalism. Sus conclusiones dejan claro que la importancia de un artículo no debe medirse por los clics que logra: los artículos más valiosos no son necesariamente los que logran más clics. Esto ocurre porque, al final, lo que los usuarios clican de forma más frecuente son aquellas historias que les parecen más "divertidas, triviales y raras" aunque no dejan por ello de ser conscientes de que ese contenido es trivial.
Todo ello deja claro que los temas más importantes y los que los periodistas deberían priorizar no deberían ser esos. Esto es, no tienen que dejarse arrastrar por la dictadura del contenido más leído para establecer qué es lo más determinante, porque el contenido más leído solo dará datos anecdóticos. Cuando se le pregunta de forma específica a los lectores, como hizo el estudio, que es lo que más les importa y sobre todo qué es lo que más valoran de la información recibida, los datos son completamente diferentes (lo que es importante, por otra parte, para las marcas en su estrategia publicitaria, ya que quieren sumarse a los contenidos que son relevantes).
De hecho, los medios digitales ya han estado posicionándose frente al clic y a su dictadura. Muchos han empezado ya a emplear elementos alternativos, como el tiempo de permanencia, a la hora de establecer datos de éxito. No venden las páginas vistas logradas, sino el tiempo que sus usuarios pasan leyendo sus contenidos, ya que creen que eso da una imagen mucho más sólida de atención y de fidelidad. Demuestran que están haciendo bien sus trabajos.
Los medios no están solos. La industria publicitaria también ha empezado a cansarse de los datos al peso y de las páginas vistas como tema destacado (algo que además es fácilmente manipulable, como también se ha ido demostrando), lo que ha hecho que entre las grandes tendencias para este año se encuentre ya la migración de un modelo por páginas vistas a uno por impacto.
La publicidad en internet, en el futuro, se podría comprar ya usando sistemas de medición alternativos. Los anunciantes podrían comprar cada vez más por tiempo de permanencia (el modelo que ya usan algunos medios de referencia) o por nuevos formatos todavía por determinar.