Por Redacción - 8 Enero 2025
FACUA-Consumidores en Acción ha lanzado una alerta destacando las 15 prácticas fraudulentas que los consumidores podrían enfrentar durante las rebajas, muchas de las cuales son ilegales y están sujetas a denuncias ante las autoridades de protección al consumidor. En muchos casos, estas acciones son prácticas comerciales engañosas que buscan aprovecharse de la falta de información o de la inexperiencia de los compradores.
De acuerdo a la información de FACUA, Uno de los fraudes más habituales se refiere a la publicidad engañosa en los carteles de rebajas. En algunos comercios, estos carteles ocupan más espacio que los productos realmente rebajados. La ley establece que, para que un comercio pueda anunciar sus productos como parte de una campaña de rebajas, al menos la mitad de los artículos que promocionen deben estar efectivamente con descuento. Sin embargo, muchos establecimientos no cumplen con esta exigencia, creando una falsa impresión de que toda la tienda está rebajada, cuando en realidad, los descuentos solo se aplican a una pequeña parte de los productos.
Otro de los fraudes más insidiosos es el de la venta de productos usados como si fueran nuevos. Es común que los consumidores descubran, por ejemplo, que al comprar una consola de videojuegos, esta tiene un disco dentro, lo que indica que el producto fue devuelto por otro cliente. Esta práctica es particularmente dañina, ya que los consumidores, al creer que están adquiriendo un artículo nuevo, no se percatan de que el producto ha sido previamente utilizado, lo cual puede afectar su funcionamiento y estado. Además, algunas tiendas recurren a prácticas de precios ficticios, fabricando o adquiriendo productos exclusivamente para las rebajas, lo que significa que esos artículos no se vendían previamente en el establecimiento a un precio más alto. Aunque los productos pueden estar etiquetados como rebajados, en realidad nunca tuvieron un precio original más alto, lo que invalida la idea de que los consumidores están obteniendo una ganga. Esta técnica engañosa afecta principalmente a las cadenas que fabrican productos de temporada específicamente para las rebajas, sin ofrecer un verdadero descuento sobre el precio original.
En algunos establecimientos, los consumidores se ven obligados a pedir un mapa para encontrar los productos rebajados, ya que estos suelen estar escondidos en rincones apartados de la tienda. Esta táctica permite a los comercios prolongar el periodo de rebajas, aunque en realidad queden pocos artículos con descuento. Saben que las autoridades de consumo realizan pocas inspecciones, y si llegan a ser sancionados, la multa es fácilmente absorbible por las ganancias obtenidas durante el periodo de rebajas. La ley establece que al menos la mitad de los productos deben estar rebajados para que una tienda pueda anunciar rebajas, pero algunos comerciantes manipulan la situación para que los consumidores crean que toda la tienda está en descuento.
Uno de los fraudes más molestos para los compradores se da cuando un producto defectuoso no puede ser devuelto durante las rebajas. Por ejemplo, si un consumidor compra una camisa con dos botones faltantes y la tienda se niega a admitir la devolución bajo el argumento de que no aceptan devoluciones en rebajas, esto es ilegal. Según la legislación, si un producto tiene un defecto y no se informa adecuadamente de la tara, el consumidor siempre tiene derecho a que el artículo sea reparado o reemplazado por uno nuevo. Si la reparación no es posible y no hay existencias del mismo producto, el comercio debe devolver el dinero.
En ocasiones, los comercios también limitan el derecho de los consumidores a utilizar sus tarjetas de pago para productos rebajados, a pesar de que en la entrada del establecimiento se exhiban logotipos de Visa, Mastercard o American Express, lo que indica que aceptan pagos con tarjeta. Sin embargo, no pueden discriminar entre los productos para los cuales permiten el uso de tarjeta o no. Este tipo de prácticas es también ilegal y los consumidores tienen derecho a usar su tarjeta para pagar cualquier producto en la tienda, independientemente de si está rebajado o no.
Uno de los fraudes más frecuentes durante las rebajas es la publicidad de grandes descuentos, como rebajas del 70%, que solo se aplican a unos pocos productos en toda la tienda. Este truco se camufla bajo una letra pequeña en los carteles, que indica que solo un número limitado de artículos tienen ese descuento. Sin embargo, la mayor parte de la tienda no está realmente rebajada, lo que constituye una publicidad engañosa. A pesar de que esta práctica es ilegal, las autoridades de consumo rara vez imponen sanciones a los comercios por este tipo de fraude, lo que lleva a que muchos comercios continúen con estas estrategias.
En muchos casos, los descuentos anunciados en la fachada de la tienda, como los que ofrecen rebajas del 70%, son simplemente falsos. Aunque se anuncian grandes descuentos, en realidad el precio original del artículo nunca fue tan alto y el descuento no es tan significativo como se publicita. La excusa común de los comercios es que el precio elevado fue el que se aplicó durante los primeros días de las rebajas, pero al final, los consumidores no terminan consiguiendo un verdadero descuento.
Otro fraude frecuente durante las rebajas es el que afecta a los productos adquiridos durante las festividades. Algunos comercios advierten que si un consumidor quiere devolver un producto comprado durante las rebajas navideñas, no podrá obtener su precio rebajado al realizar la devolución. Esta afirmación es completamente ilegal, ya que los consumidores tienen derecho a que se les devuelva el dinero si el producto tiene algún defecto, independientemente de cuándo haya sido adquirido.
También se dan situaciones en las que los descuentos son mínimos, como cuando un pantalón que costaba 69,99 euros se rebaja a 69,95 euros. Aunque la ley no establece un porcentaje mínimo de descuento para que un artículo se pueda considerar rebajado, prácticas como esta, donde el descuento es casi imperceptible, son vistas como una burla a los consumidores y pueden ser objeto de denuncia pública a través de las redes sociales. Además, existen comercios que colocan productos no rebajados junto a los que sí lo están, con el objetivo de dar la impresión de que toda la tienda está en rebajas. Esta práctica confunde a los consumidores y les hace pensar que los productos sin descuento también están en oferta, lo que puede llevar a errores de compra y malestar.
Una de las tácticas más comunes es que el precio de un artículo, como un abrigo, suba justo antes de que comiencen las rebajas, para que luego se pueda anunciar una rebaja sustancial. Sin embargo, la ley establece que el precio antiguo que debe aparecer junto al precio rebajado es el más bajo aplicado a lo largo de los 30 días previos, no el más alto. Esta práctica engañosa busca crear una falsa impresión de ahorro, aprovechando que muchos consumidores no conocen la normativa al respecto.
Finalmente, FACUA advierte que, cuando un producto rebajado tiene un defecto, algunos comercios intentan imponer un vale de compra como única solución. No obstante, si no tienen un artículo idéntico para sustituirlo, están legalmente obligados a devolver el dinero al consumidor. Esta normativa protege a los compradores y asegura que no sean obligados a aceptar vales que solo podrían gastar en ese mismo comercio.
FACUA insiste en que los consumidores deben estar alerta ante estas prácticas fraudulentas y, si se ven afectados, tienen el derecho de interponer denuncias ante las autoridades competentes, ya que estas prácticas comerciales ilegales pueden acarrear sanciones para los comercios infractores.