Por Redacción - 3 Noviembre 2020
La crisis del coronavirus ha impactado de forma directa en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Ha asentado algunos patrones, ha creado otros nuevos y ha hecho que, para algunas cosas, los consumidores tengan en cuenta cada vez más cosas. Por ejemplo, premiaron en su momento a aquellas compañías que se mostraban implicadas y entregadas a la lucha por el bien común. Y también, desde un primer momento, han estado potenciando el comercio local.
Los estudios de lo que ocurría en España durante el confinamiento así lo dejaban claro. En cierto modo, la necesidad hacía virtud. Como nos explicaba una consumidora tras analizar cómo había comprado en aquellas fechas, se había sentido mucho más feliz que nunca de vivir en un barrio en el que había todavía un tradicional mercado: podía comprar en los puestos y no entrar en las grandes cadenas de supermercados. No era la única.
Durante el estado de alarma creció el comercio de proximidad. Los consumidores preferían aquellas tiendas que estaban más cerca de sus casas y premiaron a supermercados pequeños frente a grandes hipermercados de las afueras, como apuntaba entonces un estudio de Tiendeo. De hecho, los grandes ganadores de aquellos meses fueron las cadenas de supermercados más regionales frente a las grandes multinacionales.
Pero quizás esos comportamientos no sean solo una cuestión de necesidad y, de lo que ocurrió en ese momento, haya salido una tendencia. Los consumidores se estarían así centrando más en el comercio de proximidad pero también apostando más por las marcas locales.
Los estudios han ido apuntando en esa dirección. Uno de Facebook y Deloitte señala que el 55% de los españoles ha empezado a comprar más en pymes locales. Un 63% está dando preferencia a las empresas pequeñas frente a las grandes. Lo hacen porque sus decisiones de compra están cada vez más marcadas por cómo creen que impactará en su entorno.
El 70% de estos consumidores compra más en pequeños negocios porque les preocupa la supervivencia del comercio local. La crisis ha conseguido así revitalizar al comercio de barrio, tanto que, como apuntan en Pymes y Autónomos, las grandes están abriendo tiendas más pequeñas.
El cambio no solo se aplica a en dónde compramos, sino también qué compramos. La apreciación por las marcas próximas geográficamente ha ido en aumento. Es algo que a principios de verano se veía ya a nivel global. El localismo iba en aumento, con un creciente tirón de las marcas locales en las decisiones de compra. La tendencia continua. Son las marcas que cada vez apreciamos más.
En el último estudio de BrandZ sobre las marcas españolas más valiosas, entre las muchas conclusiones sobre el mercado español que apuntaban, ya señalan que hay "una fuerte preferencia por lo local". Los consumidores "quieren hacer todo lo posible para mantener los puestos de trabajo y negocios en funcionamiento".
Saben que se están viendo lastrados por la caída del turismo y que la economía española está sufriendo por el impacto de la enfermedad y las medidas de lucha contra ella, así que están recurriendo más al consumo local.
El 82% de los encuestados por Kantar señala, de hecho, que considera que comprar en tiendas locales es importante para la comunidad. Más de la mitad de los encuestados apunta, también, que ahora se fija más en el origen de los productos. Los consumidores están premiando lo próximo.