Por Redacción - 2 Noviembre 2021
La fatiga de elección no es un problema nuevo. Para las plataformas VoD y sus catálogos, ha sido una de esas realidades cotidianas, tales que ha acabado convirtiéndose incluso en un meme. Netflix acabó incluyendo una funcionalidad que permite no tener que escoger: si haces clic, el sistema te servirá un contenido.
Pero aunque la fatiga no es nueva, la situación en la que se encuentra sí lo es. Los consumidores acaban de vivir toda la crisis del coronavirus - crisis que aún no ha acabado - y esto ha lastrado su capacidad de decisión. Como acaba de demostrar una investigación, las personas están más agotadas que nunca en términos de tomar decisiones.
El estudio ha sido elaborado por Harris Poll para la American Psychological Association, basado en una muestra de consumidores estadounidenses. Sus conclusiones dejan claro que la crisis del coronavirus ha hecho mucho peor la parálisis de decisión.
"Para muchos, la pandemia ha impuesto la necesidad de un constante examen de riegos, con rutinas alteradas y tareas antes triviales replanteadas", señala el estudio. Esto ha llevado a que la idea de la rutina desaparezca, que las personas tengan que estar tomando decisiones todo el tiempo y que se haya aumentado la sensación de agotamiento. Tener que decidir siempre resulta agotador.
En general, los datos señalan que el 32% de los adultos ha vivido momentos de tanto estrés sobre la pandemia que no han sido capaces de tomar decisiones básicas (resultó difícil). Un 36% de los encuestados asegura que tomar decisiones diarias ahora mismo es mucho más difícil de lo que lo era antes de la pandemia. El mismo porcentaje cree que también lo es tomar decisiones cruciales.
Por tanto, no es solo el tomar decisiones que cambian todo lo que agobia, sino también las minucias del día a día. Las personas con las que han hablado en las conclusiones del estudio reconocen que les cuesta hasta decidir qué comer.
Los millennials son, según los datos, la generación que peor lo lleva, seguidos por la Generación Z, la Generación X, los baby boomers y los adultos de más edad que los baby boomers. Los millennials están muy por encima de la media: un 48% reconoce que tomar decisiones les resulta difícil.
Por supuesto, el efecto directo que tiene esta realidad está en la salud mental de las personas que lo protagonizan. Este tipo de situaciones no resultan saludables y funcionan como un lastre. Al fin y al cabo, los datos de salud mental de la pandemia así lo han demostrado. El estrés, la ansiedad, la depresión y otras enfermedades mentales han ido en escalada.
Para las empresas es muy importante tener esto presente, pero también lo que todo este contexto supone para su relación con los consumidores. Si los consumidores están mucho más saturados y son mucho menos capaces de tomar decisiones, esto también salpicará a las compañías y a sus productos.
Un exceso de oferta de productos - como el que tienen las compañías de comercio electrónico - podría llevar a los consumidores a un mayor agotamiento mental. Por tanto, podrían acabar evitando comprar o no decantándose por nada. Si en otras situaciones tener muchas ofertas y muchas opciones resulta tentador, en este momento lo es mucho menos.
Igualmente, también resultará más difícil que los consumidores prueben cosas nuevas o que experimenten con lo desconocido.