Pasan las semanas y seguimos hablando de la inflación y de cómo afecta a consumidores y marcas. El crecimiento de la inflación – uno de los temas clave de la primera mitad del año – no se ha parado, lo que hace que marque la agenda de forma considerable. Para los consumidores, se ha convertido en una cuestión que genera tensión y estrés. Para las marcas y empresas, es una que cambia de forma recurrente el mercado y que les obliga a tomar decisiones complejas.
Los datos más recientes de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apuntan que el problema es ya bastante sangrante para los españoles. Según sus últimas cuentas, uno de cada cuatro hogares españoles ya tiene problemas para cubrir las dificultades básicas.
Igualmente, la situación está afectando a su capacidad de ahorro. Un 34% asegura que "no tiene ningún margen de ahorro".
El reparto de problemas no es exactamente igual para todos. Según la OCU, el efecto que tiene la crisis y los resultados de cada hogar están "determinados por una serie de condicionantes como el tipo de familia, la situación profesional, la propiedad de la vivienda y la edad". Las familias con niños son quienes están sufriendo más la situación. El 59% de los encuestados que encajan en este perfil no tiene capacidad de ahorro. Por detrás se sitúan quienes están desempleados (51% sin capacidad de ahorro), quienes viven de alquiler (46%) y la población entre 45 y 59 años (39%).
Por supuesto, en un contexto semejante, los ciudadanos cambian sus decisiones de consumo y compran de un modo completamente diferente a cómo lo hacían antes. Las empresas son cada vez más conscientes de lo que esto supondrá. Según los datos de la última edición del Informe Europeo de Pagos de Intrum 2022, el 55% de las compañías españolas reconoce que la inflación ya está "limitando su capacidad para hacer crecer el negocio y aprovechar nuevas oportunidades".
“La inflación tendrá un impacto directo en la capacidad de las empresas para afrontar sus pagos a tiempo, y por tanto el incremento de la morosidad, lo que supone un riesgo real para el crecimiento del entramado empresarial", explica en una nota de prensa José Luis Bellosta, managing director de Intrum en España. "Esto representa un enorme desafío para las compañías que deberán establecer, entre otras medidas, mecanismos para reducir los periodos de pago de sus clientes”, añade. Las compañías creen que la inflación será un problema porque no tienen capacidad y experiencia previa de lidiar con este tipo de situaciones (el 51% así lo dice).
Volviendo a los datos del estudio de la OCU, los españoles ya han cambiado qué compran y cuándo por culpa de la situación económica. Para intentar gastar menos y ahorrar, el 42% de los consumidores compra marcas más baratas y reduce su uso de electrodomésticos en el hogar. Un 29% ha dejado para más tarde o ha decidido abandonar la compra de ropa y un 36% usa menos su coche para así reducir el gasto en gasolina.
Las marcas intentan frenar el impacto de esos comportamientos apostando por técnicas como la cheapflación, usar materiales más baratos para no tener que subir el precio final, o la reduflación, que baja la cantidad de producto sin bajar el precio.
El salario medio en nuestro país es de 1.751 euros mensuales, un 6,6% más alto que el del año anterior y marca un nuevo máximo histórico. Sin embargo, si descontamos la variación de los precios al consumo, vemos que la inflación se ha llevado por delante la mitad de esa subida salarial y que la ganancia de poder adquisitivo en 2021 ha sido solo de un 3,4%. Si además lo comparamos con el año 2008, la anterior gran crisis, el salario español pierde un 3,1% de poder de compra con respecto a ese momento.
Si analizamos el salario por deciles vemos que el 10% de asalariados que menos cobra tiene una remuneración media de 556 euros por mes, mientras que el 10% con salarios más altos percibe un promedio de 5.001 euros mensuales, es decir, 9 veces más que los menores salarios.
Por sectores, los tres salarios medios de los principales sectores están en máximos históricos: Industria (1.973 euros/mes; +5,1%), Servicios (1.716 euros; +7%) y Construcción (1.701 euros mensuales; +4,7%).
En los últimos cinco años el salario medio ha perdido capacidad de compra en las empresas medianas y en las grandes, pero lo ganó en las más pequeñas. Concretamente, frente a una pérdida acumulada de un 3,3% en el poder adquisitivo del salario medio de las empresas con 200 y más asalariados, en las empresas medianas se produjo una caída de un 0,9%, mientas que en las pequeñas se alcanzó una ganancia de un 0,9%.
El desglose del salario medio total entre los dos tipos de jornada permite ver que, a lo largo de los últimos cinco años, el poder de compra de la remuneración media de jornada completa cayó (-1,8%), al tiempo que subió la correspondiente al salario medio de media jornada (+1%).
De las 18 secciones de actividad existentes, diez presentan una mejoría en el poder adquisitivo de su salario medio entre 2016 y 2021. Las mayores ganancias son las de Actividades inmobiliarias (+9,8% por encima de la inflación) e Información y comunicaciones (+5,7%). Les siguen las de Electricidad y gas (+4,8%) y Servicios profesionales (+3,7%). Los peores resultados pertenecen a Hostelería (-17,8%) y Transporte y almacenamiento (-5,7%).
Los salarios medios de la Comunidad de Madrid y el País Vasco (2.077 y 2.051 euros, respectivamente y los más altos) superan en 5.400 euros anuales o más la remuneración media de otras nueve autonomías: la Comunidad Valenciana y Baleares (1.598 euros/mes en ambas regiones), La Rioja (1.571 euros/mes), Castilla y León (1.569 euros/mes), Castilla-La Mancha (1.565 euros), Andalucía (1.558 euros), la Región de Murcia (también 1.542 euros), Extremadura (1.418 euros/mes) y Canarias (1.416 euros).