Por Redacción - 17 Diciembre 2024
En el competitivo mundo del marketing y la construcción de marcas, uno de los elementos más poderosos y fundamentales es la repetición. Repetir un mensaje creativo, distintivo y coherente no solo refuerza la identidad de una marca, sino que también incrementa significativamente su capacidad para ser recordada y valorada por los consumidores. A través de una estrategia bien definida de repetición, las marcas logran consolidarse en la mente de su público y generar una conexión más profunda, lo que se traduce en un mayor reconocimiento, engagement, y finalmente, en un aumento de la confianza y las ventas.
Los estudios demuestran que se necesitan entre cinco y siete repeticiones de un mensaje para que los consumidores lo recuerden de manera efectiva. Este proceso es especialmente crucial considerando que el 65% de las personas son aprendices visuales, lo que significa que los elementos visuales consistentes, como los colores, logotipos y tipografías, juegan un papel decisivo. La repetición visual, junto con un mensaje claro y constante, permite que la marca se asocie de manera instantánea con ciertos valores y características, ayudando a que se distinga de la competencia.
La repetición es un fundamento clave sobradamente conocido en la publicidad porque actúa como un pilar estratégico en la construcción de una marca sólida y memorable
En el proceso publicitario, la repetición no solo aumenta la visibilidad de la marca, sino que refuerza el mensaje y los valores asociados a ella, lo que facilita la recordación y genera confianza entre los consumidores. A través de una comunicación constante y coherente, las marcas logran crear una identidad clara y distintiva que se graba en la mente de su público. Cuantas más veces se expone una persona a un mensaje de marca, más probable es que lo recuerde y lo asocie con las características y beneficios que esa marca ofrece. En resumen, la repetición estratégica de contenidos y mensajes es crucial para lograr una conexión emocional con el consumidor, generar engagement y, finalmente, impulsar las decisiones de compra.
De hecho, los datos muestran que una repetición constante de un mensaje puede aumentar el reconocimiento de una marca hasta en un 80%. Este incremento no es solo una cuestión de visibilidad, sino que también se refleja en el impacto económico. Un mensaje coherente y repetido estratégicamente tiene el poder de incrementar los ingresos de una marca en un promedio del 23%. Esto demuestra que la construcción de una marca no es solo una cuestión de repetición por sí misma, sino también de cómo esa repetición se integra dentro de una narrativa coherente que conecta de manera efectiva con los valores y expectativas de los consumidores.
Además, la retención de información es otro factor clave en el éxito de una estrategia repetitiva. Las investigaciones revelan que, tras tres días, las personas solo recuerdan el 10% de la información que escuchan. Sin embargo, con una repetición estratégica y continua, este porcentaje puede aumentar hasta un impresionante 65%. La clave está en cómo se presenta la información y cómo se mantiene la consistencia a lo largo del tiempo. La repetición no solo mejora la recordación del mensaje, sino que también ayuda a que el consumidor se sienta familiarizado y cómodo con la marca, creando un vínculo de confianza que se refuerza con el tiempo.
Los contenidos de marca que mantienen un estilo y tono consistentes tienen un 33% más de probabilidades de generar engagement.
Las marcas que logran contar una historia coherente, utilizando un lenguaje visual y verbal uniforme, tienen un 56% más de probabilidades de ser recordadas por los consumidores. Este engagement no solo se traduce en interacciones más frecuentes, sino también en una mayor probabilidad de conversión, ya que la familiaridad y la conexión emocional con la marca aumentan la intención de compra.
De igual forma, uno de los pilares fundamentales para el éxito de cualquier estrategia de marca es la confianza del consumidor. Según los datos, el 81% de los consumidores aseguran que necesitan confiar en una marca antes de realizar una compra. Aquí es donde la repetición de mensajes coherentes juega un papel crucial, ya que una comunicación consistente puede aumentar la percepción de confianza en una marca hasta en un 42%. Los consumidores son más propensos a elegir una marca que perciben como confiable, y la repetición de un mensaje claro y consistente es una de las mejores maneras de cultivar esa confianza.
Los datos muestran que la eficacia de las campañas aumenta cuando se incorporan más medios, pero esta efectividad solo se alcanza si todos los elementos de la estrategia de medios trabajan de manera integrada y organizada. El principio del efecto multiplicador de los medios es clave para comprender cómo se maximiza el impacto publicitario y los mensajes de las marcas. Sin embargo, este efecto solo puede aprovecharse si los esfuerzos publicitarios son colectivos y no se limitan a tener un plan bien estructurado, sino que también se considera la calidad del contenido que se distribuye. Este enfoque debe tener en cuenta la limitada y fugaz atención que los consumidores prestan a los anuncios, lo que puede dificultar la creación de recuerdos de marca duraderos.
Por otro lado, el uso de múltiples canales y plataformas presenta otro reto: la necesidad de creatividad adaptada a cada formato. Tradicionalmente, la publicidad efectiva se ha asociado con una menor cantidad de anuncios ejecutados de manera repetitiva durante un largo período. Sin embargo, en el entorno actual, las marcas se ven impulsadas a producir miles de piezas de contenido que, a menudo, carecen de consistencia creativa. Las plataformas, al exigir contenido nuevo con regularidad para satisfacer sus algoritmos y las audiencias, contribuyen a esta fragmentación creativa. Y es aquí donde las marcas enfrentan un dilema: producir contenido coherente y efectivo o generar una gran cantidad de contenido que, aunque se adapte a las demandas de las plataformas, no sea tan efectivo como una estrategia creativa más centrada.
Una solución común a este problema es crear algunos contenidos principales y adaptarlos para los canales sociales y digitales. Aunque esta estrategia es práctica, a menudo el contenido resultante no tiene el mismo impacto que tendría si se creara de forma más personalizada. Como consecuencia, se consigue solo una atención momentánea y un aumento en la visibilidad de la marca, pero no necesariamente se establece una conexión más profunda con los consumidores ni se logra un impacto duradero en las ventas. Además, hoy en día no basta con atraer a las personas; es fundamental también adaptarse a las plataformas digitales y ser atractivo para los algoritmos que las gestionan. Esto significa que el trabajo creativo debe tener en cuenta tanto a los consumidores como a los algoritmos para que las campañas realmente funcionen.
A pesar de ello, algunas agencias todavía insisten en crear campañas grandes y menos frecuentes, lo que no se ajusta bien a las necesidades de las plataformas actuales. A la vez, muchos equipos de marketing se ven abrumados por la cantidad de trabajo que tienen, ya que sus recursos son limitados y no pueden producir suficientes piezas de contenido a tiempo para las nuevas campañas. Aquí es donde entran las herramientas basadas en inteligencia artificial, que ayudan a los equipos de marketing a crear rápidamente el contenido necesario para cumplir con las demandas de las plataformas, sin sobrecargarlos aún más.
Llegados a este punto, podemos afirmar que la clave del éxito en el marketing moderno radica en encontrar un equilibrio entre la repetición estratégica y la adaptación a las plataformas digitales. Aunque la consistencia en los mensajes y la creatividad son esenciales para construir una marca sólida, también es crucial ser capaz de generar contenido rápido y en grandes cantidades sin sacrificar la calidad.
