Por Redacción - 3 Septiembre 2020
Hace ya unos cuantos años, los blogs eran la cosa más moderna que podías encontrar en internet. Era la época en la que todos los jóvenes (todos los millennials, aunque entonces aún no sabíamos que se llamaban así) se estaban abriendo uno y contando su vida capítulo a capítulo.
Poco después, los blogs dieron el salto también al universo corporativo. Los medios empezaron a abrir blogs y más blogs para tratar temas diversos y conectar con sus audiencias (era el momento en el que cualquier medio que se preciase debía tener su red de blogs) y en el que las empresas lo integraban en su estrategia de marketing y de comunicación. La web de la compañía debía tener su blog, bien visible y muy actualizado.
Desde entonces y hasta ahora, el blog como concepto y como actividad ha ido perdiendo su tirón y ha dejado de ser el escenario soñado para publicar contenidos, al menos tal y como era años atrás. Los jóvenes que blogueaban han crecido, las redes sociales han ocupado esa parte personal del espacio que ocupaban los blogs y a nivel corporativo la estrategia de contenidos se ha vuelto mucho más compleja y mucho más diversa.
Los blogs no han desaparecido de las páginas de las empresas, al menos no de todas, pero sí han cambiado. Se han vuelto mucho más profesionales y se han convertido más en una sección de noticias de lo que era en el pasado exactamente la blogosfera.
Y, aunque parece poco probable que los jóvenes se vuelvan a abrir un diario online como los del pasado, el blog no ha exactamente muerto, como no debería hacer en el futuro inmediato y como menos debería hacerlo en el mundo del coronavirus.
Muchas grandes empresas siguen contando con blogs corporativos, que se han convertido en vías para compartir, de forma especial, sus conocimientos y para posicionarlos como voces expertas. Para los periodistas, por ejemplo, los blogs de las empresas de referencia son una fuente muy interesante de datos relevantes.
Pero la situación en la que nos encontramos ahora mismo podría funcionar como un incentivo para el retorno, con fuerza y de forma más general, del blog corporativo. ¿Deberían recuperar las compañías su blog de marca y afianzarlo en su estrategia de marketing de contenidos como resultas de la crisis del coronavirus y de la vida en la nueva normalidad? Varios factores parecen indicar que sí.
De entrada, el blog corporativo es una vía muy efectiva para transmitir información y, sobre todo, que quede en un lugar claro, en el que sea fácil encontrar esos datos (algo que no siempre ocurre con las redes sociales).
En este momento, las compañías deben compartir con sus consumidores nuevos protocolos, nuevas normas de uso y nuevas recomendaciones que son cruciales y muy importantes y que, en no pocas ocasiones, cambian de una semana para otra. El consumidor necesita encontrar esos datos sin grandes esfuerzos (nada más frustrante ahora mismo que buscar qué protocolo se debe seguir para ir a una empresa o a otro y no encontrarlo), por lo que el blog se convierte en un poderoso aliado para compartir lo que en un principio se empleaba, el día a día.
Pero, además y para continuar, los blogs se pueden posicionar como una herramienta para la transparencia. Los consumidores han ido reclamando a las marcas que sean mucho más transparentes en los últimos años, un elemento que se ha asentado como más crucial y decisivo que nunca en la estrategia de marketing. La crisis del coronavirus ha hecho que esa necesidad de transparencia sea todavía más elevada.
Y, por supuesto, no hay que olvidar el punto clave. En estos momentos, los consumidores están consumiendo más contenidos en la red que nunca. En los meses del confinamiento, se batieron todos los datos históricos de conexión a internet.
Telefónica, por ejemplo, explicaba en abril que había registrado entre el comienzo del confinamiento y el último festivo de Semana Santa un crecimiento del tráfico acumulado del 35%, un dato que superaba al crecimiento acumulado en todo el año precedente. Esto es, el coronavirus había logrado hacer subir más el tráfico en unas semanas de lo que se había logrado en todo 2019.
Según un estudio de la OCDE, la crisis sanitaria había hecho que el tráfico en internet en los países de esa zona subiese en un 60%.
Aunque el confinamiento ya ha terminado, la nueva normalidad no ha roto del todo con la situación anterior y con los comportamientos que hemos interiorizado en ella. El crecimiento nuevamente de los contagios del coronavirus hace que más personas intenten reducir sus salidas y que nos quedemos más en casa. Nuestro entretenimiento y nuestro consumo de información están todavía muy ligados a internet y las empresas deben ser capaces de estar ahí.
Necesitan, por tanto, volver a dar brillo y esplendor a sus blogs.