Por Redacción - 3 Noviembre 2020
Uno de los efectos que ha tenido la crisis del coronavirus y las medidas de higiene y protección que se han puesto en marcha ha sido la de acelerar los pagos electrónicos. Si hasta principios de este año había quienes se resistían y se negaban a recibir pagos de ciertas cantidades si no era con efectivo, en marzo las pocas tiendas abiertas se llenaron de carteles que reclamaban que se pagase con tarjeta si se podía.
Aunque parece poco probable que este haya sido el primer capítulo del fin del dinero en efectivo, como se pensaba que podría ocurrir hace unos meses, todo esto sí ha servido para acelerar la implantación de otras formas de pago. No se trata solo de que pagamos ya más con tarjeta, sino también que hemos integrado más elementos como el pago móvil.
Aunque las cosas están lejos de ser como en China, donde los pagos son cada vez más habituales vía código QR y apps de Alipay y WeChat (hasta el punto de que, como explican en una de las newsletters de The New York Times, los taxistas protestan cuando se les paga en efectivo), sí ha subido de forma notable el uso de soluciones de pago móvil en la Europa Occidental.
El movimiento es especialmente notable porque en Europa, como recuerdan en eMarketer, la cultura del pago en efectivo ha sido tradicionalmente muy fuerte. La inercia de lo que se ha hecho siempre y la preocupación por la seguridad de los pagos había hecho que los europeos se resistiesen a los pagos móviles.
Sin embargo, alertan desde la firma de análisis, la pandemia ha acelerado el cambio. Los consumidores quieren reducir el uso de efectivo para tocar menos cosas y, con ello, están empleando más los pagos móviles.
En el abandono del efectivo estos meses, las tarjetas contactless se llevaron la mayor parte de la tarta, pero los consumidores mostraron un interés por las demás alternativas. "Aunque la mayoría de este crecimiento (de los pagos contactless en Europa) se debe al alza del uso de tarjetas, hay posiblemente un interés nuevo y demanda de servicios de pago móviles también", apunta la analista senior de eMarketer Cincy Liu. El trabajo de algunos players del mercado, como PayPal, también ha apuntado más las cosas y hecho más visible el pago móvil.
Así, este año se cerrará con un total de usuarios de pagos móviles en Europa de 59,3 millones de personas. Como explican en eMarketer, esto supone un crecimiento de un 18,7% frente a los datos del año pasado.
Los datos no cambiarán con el fin de la pandemia. eMarketer prevé que se mantendrá una tendencia generalizada y sostenida hacia al crecimiento, aunque no se vayan a repetir en los próximos años los porcentajes de dos cifras.
Para 2021, el crecimiento será del 7,4% interanual y se llegará a los 63,6 millones de usuarios. A cierre de 2023, los europeos que usen pagos móviles serán ya 70,6 millones, con una subida interanual del 4,7%.
El cambio ha llegado para quedarse y no contar con ello es un error de estrategia para las empresas. Los consumidores querrán más facilidades para pagar usando la tecnología.