Por Redacción - 10 Septiembre 2012
Escribir un correo es fácil, pero que sea fácil no significa que sea el correo adecuado. Muchos responsables de marketing siguen enviando correos con textos poco adecuados y, por qué no decirlo, completamente inútiles a la hora de atraer la atención de nuestros prospects.
Por ello, es importante que tengamos en cuenta una serie de consejos para poder añadir valor a nuestros correos:
1. Seamos breves.
A menudo, las empresas escriben unos correos larguísimos a la hora de intentar vender sus productos, algo que también sucede con numerosas notas de prensa, que resultan textos sin interés ninguno para nadie, salvo para quienes las escriben. Reduzcamos la longitud de nuestros mensajes, utilicemos párrafos breves y frases contundentes. Podemos hacer un resumen de una historia e invitar al lector a continuar leyéndola en nuestra web. También podemos incluir un pequeño elemento que genere interés y una reacción inmediata de nuestro prospect.
2. Incluyamos unos anexos breves.
Muchas personas consideran que los anexos que se reciben de un extraño son ya una forma nueva de spam. Sin embargo, los anexos ayudan a que nuestros mensajes sean mejor identificados en los buzones de entrada si incluyen algún tipo de formato aceptable, como un pdf. Consideremos enviar un artículo de entre 1 y 3 páginas para atraer el interés del receptor y dar al potencial cliente una razón para ponerse en contacto con nosotros, solicitándonos más información.
Podemos incrementar la atención haciendo unos días después un seguimiento al artículo, y ver el nivel de respuestas aumentar de modo significativo.
3. Dejemos muy claro cuál será el paso siguiente.
¿Pedimos a nuestro prospect que nos llame? ¿Le estamos pidiendo que nos escriba o que visite nuestra página web? Sea lo que sea que queramos que nuestro prospect haga, dejémoslo muy claro. A menudo, los correos son borrados o archivados porque nuestro posible cliente no sabe lo que esperamos de él y qué acción o paso siguiente debe tomar, quedando en una especie de limbo. Eliminemos la duda.
Cada vez que enviamos un mensaje a nuestra lista de posibles clientes tenemos la oportunidad de añadir o de quitar valor a nuestra acción, lo que se suele traducir en este caso en un incremento del tamaño de la papelera. Enviando correos breves, con mensajes útiles, con anexos atractivos, y, finalmente, dejando claro cuáles son los siguiente pasos, estaremos trabajando para mejorar la efectividad de nuestra comunicación comercial y encontraremos unos destinatarios más proclives a responder a nuestros esfuerzos.