Artículo Lovemarks

Así construyen su misterio y atractivo las lovemarks: historias, iconos o nostalgia bien entendida 

Convertirse en una lovemark es una de las grandes aspiraciones en marketing, pero conseguirlo requiere trabajo 

Por Redacción - 27 Octubre 2022

En el mundo de las marcas, convertirse en una lovemark es una aspiración buscada y valiosa. Cuando las marcas entran en esa categoría, han conseguido establecer una conexión muy profunda con sus consumidores. Ya no solo las compran, es que además las aman. Este amor es crucial, porque hace que la marca sea más resiliente – en tiempo de recortes, por ejemplo, cuesta más dejar de comprarlas – y porque consigue que se recomiende más, se aprecie más o hasta se pase el consumo de padres a hijos como una suerte de tradición familiar.

Conseguir convertirse en una lovemark, no es fácil. Requiere trabajo y comprender su esencia, como se deduce leyendo Lovemarks: el futuro más allá de las marcas, de Kevin Roberts. Entre los rasgos clave que constituyen una lovemark, el misterio es uno de los fundamentales. Las lovemarks resultan misteriosas. Es decir, siempre tienen algo que el consumidor podrá descubrir o querrá desentrañar, al tiempo que permite establecer una corriente emocional. “El misterio libera las emociones”, asegura Roberts.

Pero ¿cómo se debe trabajar ese misterio? ¿Cuáles son las cinco piezas clave que asentarán ese poderoso atractivo? Las lovemarks lo cuidan trabajando áreas cruciales.

Como escribe Roberts, “las historias refuerzan las lovemarks”. No solo explican quiénes son y transmiten sus valores esenciales, sino que además consiguen posicionarse de una manera atractiva y llamativa para los consumidores. Se atiende más – y mejor – cuando te están narrando una historia.

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