Por Redacción - 1 Marzo 2021
La publicidad personalizada tiene muchos enemigos. Algunos son ya casi se podría decir que clásicos. Otros son de nuevo cuño. Los consumidores son reticentes al formato por lo que supone en términos de invasión de la privacidad. En un primer momento, casi se podría decir que todo el monte era orégano. Los consumidores aceptaban la recolección de datos como un mal menor.
Los anuncios eran más relevantes y más interesantes, además que en cierto modo se sentía que eso no hacía mucho daño. Los escándalos vinculados a la privacidad de la información - como el que protagonizó Facebook vinculado a la actividad de Cambridge Analytica - hicieron que esa percepción cayera como un castillo de naipes.
A eso hay que sumar, lo que nos lleva a este siguiente momento de rechazo al formato, que las normas sobre privacidad y la actividad de las grandes compañías de internet han puesto las cosas muy complicadas. La normativa europea de protección de datos, que es la pionera en este terreno, ha hecho que la recopilación de datos tenga que ser más informada y da más margen de control al consumidor.
Igualmente, varias compañías están usando la privacidad como motor para intentar conectar con el usuario. Lo está haciendo Chrome, de Google, que va a bloquear por defecto las cookies a partir de 2022 y es lo que está haciendo también Apple, que ha implantado en sus dispositivos bloqueos de privacidad que limitan el margen de maniobra de terceros.
Recopilar información para ellos es mucho más complicado y eso afecta a cómo se puede servir publicidad. Uno de los grandes daños colaterales es Facebook, que se ha enzarzado en una guerra pública contra Apple por esta razón y que ya ha reconocido en la presentación de sus últimos resultados financieros que la medida podría tener un potencial impacto en sus cuentas.
Y Facebook es, al final, el protagonista de la nueva vía para intentar convencer a los consumidores de que la publicidad personalizada no es el mal y que todo funciona mejor con ella.
La compañía acaba de lanzar una campaña de publicidad que vende a sus usuarios las bondades de los anuncios personalizados. La propia red social reconoce a The Wall Street Journal que la campaña no tiene nada que ver con su guerra contra Apple, sino que es parte de sus esfuerzos habituales para intentar transmitir qué servicios ofrece y sus beneficios. Aun así, el timeline del lanzamiento llama la atención.
La campaña es un anuncio que saldrá en medios digitales, radio y programación de televisión en EEUU, como recoge el medio económico. Facebook la posicionará en emisiones con tirón de audiencia. Según el Journal, en la planificación de emisiones están partidos de baloncesto pero también la emisión de los Globos de Oro.
"Las buenas ideas merecen ser encontradas. Los anuncios personalizados te ayudan a entrarlas", es el eslogan con el que se cierra el anuncio. La campaña, explica una portavoz de la red social al medio estadounidense, quiere "destacar el valor de los anuncios personalizados y cómo de importantes son para que la gente descubra a pequeñas empresas".
Porque esa es la otra pata principal de la campaña. Los anuncios no solo se posicionan defendiendo la importancia de la personalización, sino que también apelan a su peso en la relación de los consumidores con las pymes. Dado que ahora mismo los consumidores son mucho más sensibles a lo que ocurre con las pymes e intentan apoyar más a las pequeñas y medianas empresas, el movimiento de Facebook está aprovechándose del zeitgeist.