Por Redacción - 12 Mayo 2021
Los servicios más populares de la red tienen, a pesar de que sus normas de uso lo impiden, usuarios muy jóvenes. En general, se necesita tener más de 13 años para poder acceder a ellos, pero menores de esas edades tienen perfiles propios y navegan por los contenidos que ofrecen.
Esto crea problemas potenciales - y serios - para las compañías detrás de esas plataformas y eso es también lo que ha llevado a que aparezca una suerte de vía alternativa, la de crear servicios pensados para los más pequeños para así evitar que sigan usando la plataforma pensada para los adultos. Lo hizo YouTube con YouTube Kids y Facebook con una versión de Messenger para niños. Los servicios estaban muy lejos de ser perfectos y de resolver todos los problemas posibles, pero parecieron asentarse como la respuesta por defecto.
Tanto que no sorprendió descubrir no hace mucho que Facebook quería aplicar esa misma idea a Instagram. Facebook trabaja en una versión para menores de 13 años, un Instagram for Kids, que ofrezca una versión más segura del servicio y que resuelva el problema en términos de privacidad y seguridad que supone que los pequeños usen Instagram. La líder del equipo que trabaja en ello es, justamente, quien lideró la creación de YouTube Kids.
La idea tuvo desde el primer momento críticas, porque había quien lo leía como un atajo para conseguir captar a usuarios más jóvenes y fidelizarlos en el producto y también porque Facebook está siendo analizada con lupa en los últimos tiempos en todo cuanto hace. Su historial en términos de privacidad y publicidad así han llevado a que ocurra.
Y las quejas se han concretado en algo mucho más ruidoso y mucho más dañino para la reputación de Facebook: no es un golpe formal, pero sí uno informal y que se convierte en material para los titulares de los medios.
Los fiscales generales de 44 estados de EEUU han escrito una carta conjunta pidiendo a Facebook que abandone el trabajo de desarrollo de su Instagram para niños.
Las razones por las que lo hacen son la puntilla que hace que esto sea un lastre reputacional. Los fiscales basan su petición en que las redes sociales tienen un efecto negativo en la salud de los niños, pero también en que Facebook no tiene un pasado muy positivo en términos de protección de la infancia.
Según sus conclusiones, los menores de 13 años "no están equipados para gestionar el rango de retos que viene con tener una cuenta de Instagram", como las cuestiones de privacidad y seguridad, y también creen que el servicio llevaría a que niños que ahora no tienen cuentas a abrirse una.
Facebook insiste en que una versión de Instagram para niños estaría libre de publicidad. También en que el desarrollo de este servicio está teniendo en cuenta las opiniones de expertos en desarrollo infantil.
Aun así, y por mucho que la idea salga con la voluntad de mostrar que se preocupan, todo este proceso refuerza muchas de las percepciones negativas que se tienen sobre la empresa. Por tanto, el proyecto no es solo ya un problema por si sale adelante o no, sino ya por el mismo hecho de lo que activa su potencial existencia en términos de reputación.