¿Cómo será la televisión del futuro? O, mejor dicho, sobrevivirá la televisión en el concepto actual que tenemos de ella como medio de comunicación masiva o, finalmente uno de los hits del futuro será “Internet mató a la estrella de la Tv”, tal como esta lo hiciera a mediados del siglo XX con la estrella de la radio.
Pero antes de lanzarnos a la aventura de dibujar el futuro de la televisión, repasemos 3 grandes revoluciones actuales que han modificado completamente el acceso y concepto que tenemos hoy en día sobre la producción de imágenes:
La primera revolución es la tecnológica. No hace mucho tiempo, en una galaxia muy cercana, 30 años por ejemplo, el acceso a la producción y difusión de imágenes estaba restringido a grandes empresas y corporaciones, quienes pagaban y siguen pagando complejas licencias por utilizar el espectro eléctrico para la emisión o, en otros casos especialmente en Europa, la televisión era propiedad única de los gobiernos.
Otro aspecto no menor de la revolución tecnológica que ha sufrido en términos de competencia la televisión es la masificación de los medios de producción audiovisual. Por poner un ejemplo, 30 años atrás un sistema de edición de vídeo ocupaba toda una habitación especial y costaba cientos de miles de euros. Actualmente tienes uno en tu smartphone, sin olvidar la cámara y los softwares de control de sonido.
Luego, como consecuencia directa de la irrupción tecnológica, con Internet como soporte universal de acceso y emisión de información, unido a la masificación de los medios técnicos de producción y la sofisticación de las plataformas de recepción, que van desde la pequeña pantalla del móvil, pasando por las tablets, hasta llegar a pantallas de enormes dimensiones, conexión wi fi, y conexión permanente a la red, creando un nuevo esquema de acceso a la recepción de “imágenes y vídeo” en global, provocando una experiencia del usuario totalmente personalizada y “on demand”, en la que la recepción abierta y las señales satelitales, tal y como las conocemos hoy en día, al igual que muchos otros medios tradicionales, como la radio y la prensa escrita, comienzan a vivir un inexorable declive que lleva a su desaparición o mutación.
Todos estos cambios de carácter tecnológico, duros, de plataformas, evidentemente provocan cambios a nivel de receptores, ya que -como decía antes- la experiencia del usuario es totalmente diferente. El, clásico circuito de la comunicación jerárquica, emisor-mensaje-receptor se rompe.
En el nuevo modelo el feedback; es decir la respuesta que da el usuario a mensaje es mucho más activa que simplemente consumir; el nuevo paradigma es horizontal y totalmente personalizado, con usuarios que son a su vez productores de información utilizando como soporte la imagen, no es muy diferente a la televisión, ¿verdad?
Como consecuencia de todo lo anterior, asistimos a la gran crisis no solo de la televisión, sino que en general de los medios de comunicación de masas en formatos 1.0, los que buscan desesperadamente nuevos esquemas para mantener vivo su negocio, sin olvidar a propuestas de leyes como SOPA, que en el fondo buscan restringir la producción, amparándose en el derecho de autor, del que su debido resguardo es urgente una regulación, pero positiva y enfocada al bien común.
¿La televisión del futuro? En base a lo anterior sin duda comenzamos una nueva era, en la que el concepto de televisión, tal y como la conocemos habrá sucumbido ante un nuevo modelo de distribución de vídeo online, con múltiples plataformas de pago y acceso libre para una búsqueda de información activa por parte de los usuarios, quienes a su vez también serán productores de contenidos, en un nuevo círculo virtuoso de la comunicación, en el que la interacción y la experiencia del usuario serán lo más importante…